Madrid |
Dolores Delgado afronta un trámite en la Comisión de Justicia del Congreso y, cuando lo supere, se situará al frente de la Fiscalía en una situación inédita de puerta giratoria.
Y es que habrá salido de Justicia para ir a dirigir directamente el Ministerio Público. Su trabajo, sin embargo, estará condicionado por su anterior ocupación y tendrá que inhibirse en casos como el 'procès', la Gürtel o la Púnica.
La exministra tendrá que abstenerse de dar instrucciones si no quiere ser recusada, como establece la ley. Por ejemplo, en el caso del 'procès', donde mandó a la Fiscalía que rebajara la acusación a sedición.
La atmósfera sigue áspera, con la oposición echándole en cara su aparente falta de imparcialidad.