Unas 700 personas, según fuentes municipales, se han concentrado a las puertas del Ayuntamiento como respuesta al llamamiento para demostrar la repulsa a los atentados, así como el apoyo a los familiares de los dos vecinos asesinados en la Rambla --un niño de tres años y el tío de su madre--.
El acto ha contado con los familiares de los dos vecinos de la localidad arrollados por la furgoneta en la capital catalana y del imán de Rubí, Dris Salym --que sustituye temporalmente al habitual, de vacaciones--, con el que se han abrazado al salir a la plaza como muestra de unidad y convivencia que existe en la localidad.
Este ha sido el mensaje que ha querido lanzar la alcaldesa, Ana María Martínez, que ha avisado que se "combatirá contra el fanatismo" que busca generar pánico, terror y desconfianza.
Ha remarcado que "vivir sin miedo es el único camino para hacer frente al dolor y al terror ante la fragilidad de la vida".
El acto, que ha llevado como lema 'Rubí no té por', ha acabado con un minuto de silencio, acompañado de la pieza musical del 'Cant dels ocells' de Pau Casals.