Sumar y Esquerra Republicana (ERC) han instado al Gobierno a promover en la Unión Europea la creación de redes y plataformas digitales de dominio público, así como a impulsar una regulación más estricta sobre las grandes compañías tecnológicas.
Ambas formaciones exigen que estas empresas cumplan con sus obligaciones tributarias y asuman responsabilidades en la moderación de contenidos, especialmente en procesos electorales y en el debate público.
Las dos organizaciones han registrado iniciativas en este sentido. Sumar una proposición no de ley, para su debate en la Comisión de Economía en el Congreso, impulsada por el diputado Francisco Sierra y el portavoz parlamentario de IU Enrique Santiago, y Esquerra o una iniciativa en el Congreso.
Dentro de este enfoque, el grupo parlamentario de Sumar aboga por introducir durante la tramitación parlamentaria del proyecto de Ley Autonomía Estratégica un capítulo específico de promoción de medios digitales propios, que fortalezca una infraestructura digital sin "dependencia" de las grandes empresas de Silicon Valley. Y, en esta línea, exhorta a revisar los acuerdos comerciales y reguladores con estas empresas.
La formación rosa, insta al Gobierno a liderar, en el seno de la UE, el desarrollo de la soberanía digital en el continente y reforzar la autonomía tecnológica del continente, de cara a promover un ecosistema digital "equilibrado y justo" frente a las "injerencias y el intervencionismo" de las grandes empresas tecnológicas.
Según explican desde ERC, "las grandes plataformas tecnológicas han alcanzado una posición de dominio sin precedentes sobre el espacio público en línea" y empresas como Meta (Facebook, Instagram, WhatsApp), Alphabet (Google, YouTube), X (anteriormente Twitter) y TikTok "imponen sus reglas sobre el debate público y gestionan la información que se consume diariamente".
Tecnofeudalismo
A su juicio, se trata de un fenómeno al que algunos expertos han denominado "tecnofeudalismo", en el que los usuarios "no son propietarios de sus datos ni de sus espacios digitales, sino que se convierten en siervos digitales dentro de un sistema controlado por un reducido número de actores privados". A ello añaden "el negocio basado en la extracción y venta de datos personales, así como la monetización de la atención de los usuarios".
La formación independentista entiende que esta situación tiene consecuencias en la democracia, la libertad de expresión y la privacidad. "Las grandes plataformas han favorecido la desinformación y el discurso de odio, creando un entorno donde los contenidos más polarizadores tienen ventaja dentro de sus algoritmos de recomendación", aseguran.