Lajusticia españolase suma así a las pesquisas iniciadas por la Fiscalía de Dax (Francia), después de que esta semana la familia de uno de los fallecidos se diera cuenta en el velatorio instalado en la citada localidad gala de que el cuerpo no era el suyo, sino el del amigo que murió con él en el mismo accidente.
Paralelamente, los allegados del otro joven recibieron, al parecer, las cenizas del cuerpo del amigo, que había sido incinerado el pasado miércoles en el cementerio de Polloe (San Sebastián), con la documentación de identificación supuestamente intercambiada.
Según han confirmado hoy a EFE fuentes judiciales, el Juzgado de Instrucción número 4 de Irún investiga el accidente en el que fallecieron ambos jóvenes y un tercero, que viajaba en el mismo coche, resultó gravemente herido tras colisionar con un camión cuyos dos ocupantes también fueron hospitalizados.
Estas fuentes han precisado que, en el marco de las diligencias incoadas sobre la supuesta identificación errónea de ambos cuerpos, el juzgado irunés ya ha requerido diversa información a la Ertzaintza, cuerpo policial que intervino en la gestión del accidente, así como al Instituto Vasco de Medicina Legal, que fue el encargado de practicar las autopsias a los dos fallecidos.
En este contexto, el gerente del cementerio de Polloe, en cuyas instalaciones fue incinerado uno de los cuerpos, informó ayer al alcalde de San Sebastián, Eneko Goia, de que este cadáver fue "entregado" en el cementerio en un féretro "cerrado" por una funeraria con "toda la documentación acreditativa" en regla, incluida la judicial.
Por esta razón, Goia sostuvo luego ante la prensa que el camposanto donostiarra no cometió "ningún error" y, por lo tanto, carece de "responsabilidad" en la supuesta confusión.
El primer edil aventuró además que, por lo tanto, de haberse producido algún fallo, éste se habría producido "en los pasos anteriores, antes de que el féretro llegara a Polloe con esa identificación".