El veto de México al rey Felipe VI en la toma de posesión de la presidenta Claudia Sheinbaum continúa coleando después de que España rechazase asistir en señal de protesta y del malestar en el PSOE al saber que su socio de Gobierno, Sumar, sí acudiría al acto.
El propio presidente del Gobierno criticó la decisión del país y calificó de "inaceptable e inexplicable" el gesto. Pedro Sánchez recordó que el actual jefe del Estado ha asistido a todas las tomas de posesión de mandatarios iberoamericanos desde que asumió el cargo en 2014 e incluso previamente cuando era príncipe y heredero del trono.
La nota verbal de Exteriores
Más allá de estas declaraciones públicas, este viernes se ha sabido que el pasado martes, el Ejecutivo elevó una queja formal a México por el veto al rey, según ha adelantado El País y ha confirmado Onda Cero.
Tal y como recoge la información, en la nota verbal del Ministerio de Asuntos Exteriores, se afirmaba que el rey "es el jefe del Estado y, en calidad de tal, asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales". Asimismo, se subrayaba que la intensidad de las relaciones entre los dos países aconsejaba que las relaciones institucionales fuesen al más alto nivel y recordaba que Felipe VI había asistido a anteriores tomas de posesión, incluida la del actual mandatario, Andrés López Obrador, en 2018.
"España debe estar representada por su jefe de Estado"
"En un acto de tanta trascendencia para el pueblo de México, España debe estar representada por su jefe de Estado, demostrando la voluntad mutua de avanzar en beneficio de nuestros pueblos hermanos, con la mirada puesta en un futuro común de prosperidad compartida", continuaba la nota, y concluía diciendo que "agotados todos los cauces para transmitir respetuosamente el nivel de representación que corresponde a España, […] no habrá ninguna representación del Reino de España en la Transmisión de Poder Ejecutivo Federal en Ciudad de México", el próximo 1 de octubre.
El periódico informa de que el mensaje se hizo llegar tanto al embajador mexicano en Madrid -que fue convocado a la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores- como a la Cancillería, donde se desplazó el embajador español en México para entregarlo personalmente.
