Maldita hemeroteca

Cuando Esperanza Aguirre decía que nunca la iban a imputar por corrupción

La expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, está imputada por organización criminal, malversación, prevaricación, cohecho, blanqueo, apropiación indebida, tráfico de influencias y falsedad electoral y documental. Estos, son los presuntos delitos por los que el juez del 'caso Púnica' ha decidido investigar a la exdirigente del PP.

ondacero.es

Madrid |

Esperanza Aguirre hace tiempo que dijo que a ella nunca la iban a imputar por corrupción: "esté usted muy tranquila, que por corrupción es por lo que no me van a imputar".

Según el auto del juez García Castellón, Aguirre no sólo era conocedora de lo que ocurría, sino que era la "jefa de la trama de corrupción del PP madrileño para adulterar elecciones".

La investigación ubica a Aguirre en todos los escenarios de la trama de financiación irregular desde la caja B del PP local a Fundescam. Y eso que ella decía que estaba abochornada con la corrupción del PP: "yo vengo hoy absolutamente abochornada por las informaciones que estos días se están publicando sobre la corrupción en el PP".

Lo que dice el auto del juez es que Esperanza Aguirre era conocedora de todo lo que tenía que ver con la financiación irregular de su partido.

La realidad es que si miramos hacia atrás, ella decía que no, que no había nada, ni indicios de esa financiación irregular: "es que esto me ha parecido alucinante porque yo no he visto ningún indicio".

Para no haber indicios, en el auto, el juez ha escrito que Aguirre puso en marcha la maquinaria de corrupción a las pocas semanas de convertirse en presidenta y que la usó para ganar tanto en 2007 como en 2011.

Ella ha defendido siempre que no sabía nada, que todo eran ranas a su alrededor: "soy la especialista en los terceros grados, pero es verdad que toda regla tiene su excepción y tuve una excepción y un fracaso clamoroso con un consejero".

El auto del magistrado arruina la fábula de las ranas porque sitúa a Ignacio González y Francisco Granados como los "ejecutores" de las órdenes de la presidenta. Y esa es justo la clave, que no era sólo conocedora, sino la instigadora.

Según el auto del juez, Esperanza Aguirre creó esa cláusula del 1% para desviar fondos destinados a la construcción de hospitales públicos. Decía que la corrupción la asfixiaba y que le daba vergüenza haber compartido asiento con los corruptos: "ahora, cuando los casos de corrupción empiezan a asfixiar al PP, muchos sentimos vergüenza de haber estado junto a estos siniestros personajes que han utilizado la política para enriquecerse".

La expresidenta, hay que recordar, que no está condenada. Sólo imputada o investigada. No obstante, sobre este matiz ella era muy clara y aseguraba que no había que escudarse en eso y había que dar explicaciones: "yo sé que los ciudadanos están hartos de esas coletillas, que consideran excusas que unos políticos presentan para no tomar postura ante los comportamientos de otros políticos de su mismo partido".

Ella decía que también lo estaba, que no quería que pensaran que ella consintió nada: "es tristeza, decepción, bochorno, vergüenza, todo. Cómo no me voy a sentir concernida. Me siento abochornada, responsable, indignada y lo que no puedo es consentir que ustedes piensen que yo he sido consentidora".