En una rueda de prensa en la Asamblea de Madrid, ha criticado la "persecución mediática" de la que asegura que ha sido objeto estos días y ha negado haber recibido dinero del presunto cerebro del caso Púnica, el empresario David Marjaliza, durante su etapa como concejal del PSOE en Valdemoro.
"David Marjaliza nunca me ha pagado ningún viaje ni tampoco he recibido jamás comisión alguna", ha afirmado en contra de las declaraciones que el empresario hizo ante el juez.
Borox ha señalado que su dimisión responde "únicamente a una decisión de carácter personal" porque no quiere "interferir ni perjudicar en el buen funcionamiento del partido, a pesar de no estar ni investigada ni imputada".
Además, ha apuntado que "por encima de cualquier difamación" está su trabajo y su responsabilidad como diputada y ha recalcado que ha entregado su acta "a diferencia de todos aquellos que existiendo motivos reales para marcharse siguen aferrándose a su cargo público protegidos por el aforamiento".
Por otro lado, ha indicado que los hechos de los que le acusa Marjaliza en su declaración "se remontan tiempo atrás, cuando Ciudadanos ni siquiera existía como formación".
En su intervención (de menos de tres minutos de duración y en la que no ha admitido preguntas) ha explicado que ha esperado hasta hoy para dimitir porque quería "defender y votar entre otras iniciativas la ley de transexualidad" que ha sido aprobada hoy en la Asamblea de Madrid.
Borox ha recordado que antes de formar parte de la Asamblea ocupó cargos públicos entre 2003 y 2007, y ha aclarado que sólo este último año ejerció como portavoz del PSOE en Valdemoro.
Asimismo, ha manifestado que trasladó al partido "algunas de las irregularidades" de las que asegura que fue "testigo", así como a la Fiscalía anticorrupción y al Tribunal de Cuentas "a través de las correspondientes denuncias e informes".
"Fruto de ello he estado durante más de diez años sometida a todo tipo de presiones hacia mi persona", ha apuntado.
Borox ha insistido en que en los últimos días se ha visto "sometida a una persecución mediática innecesaria" que cree que no merece por parte de medios de comunicación que, en su opinión, "han hecho una causa personal" contra ella.
"Sólo el tiempo demostrará que no he cometido ninguna de las actuaciones de las que se me acusa desde hace años", ha concluido.
Con su dimisión se ha adelantado al código ético de su partido, que obligaba a expulsarla si era citada como investigada, lo que no ha ocurrido, como ha remarcado la propia Borox.
La trayectoria política más relevante de Borox comenzó hace más de diez años, en julio de 2005, cuando se convirtió en portavoz del grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de Valdemoro.
Dos años después, a comienzos de 2007, fue elegida por los militantes de esa localidad cabeza de cartel socialista a los comicios municipales.
Sin embargo, unos días después, la lista liderada por Borox fue sustituida por otra en el Comité Regional del Partido Socialista de Madrid.
Entonces, Borox reaccionó diciendo que esa decisión era "un escándalo" y, junto otros compañeros de candidatura, llevó a cabo un encierro en la sede del Consistorio.
Acabó pidiendo amparo a la dirección federal de Ferraz, donde presentó un recurso que fue desestimado. Finalmente, fue expulsada por el Partido Socialista.