Así lo ha dicho durante su interrogatorio en el juicio que se celebra en la Audiencia Nacional, cuando la fiscal le ha preguntado por una cuenta corriente de la Embajada con la que se pagaban determinados gastos.
Vega, que fue también embajador en Irak y Yemen, ha respondido que no conocía esa cuenta, pero sí otra "opaca" con la que se pagaba combustible, tabaco y alcohol libre de impuestos, que se repartía luego entre el personal de la embajada que no tenía derecho a esa desgravación.
El diplomático ha achacado las denuncias por contratar ilegalmente a personal de la Embajada -por lo que se enfrenta a una petición fiscal de 10 años de cárcel- que en su día puso contra él el entonces canciller, Ismael Medina, a su decisión de cerrar esa cuenta.
Ha defendido que si hubiera permitido esa cuenta habría sido "cooperador necesario" de ese fraude, ya que él firmaba las autorizaciones para comprar esos artículos sin IVA porque solo el embajador y ciertos miembros de la misión diplomática disfrutaban de ese privilegio fiscal, que con la "cuenta opaca" se extendía ilegalmente a todo el personal, que se repartía la gasolina, el alcohol y el tabaco.
A Vega se le acusa de haber contratado irregularmente en 2011 a dos empleadas de Filipinas y Etiopía y hoy el acusado ha defendido la legalidad de sus contratos.
Ha reconocido que a una de ellas la Embajada le costeó un billete de avión, aunque ha dicho que se hizo como "anticipo" que luego debía pagar con cargo a su sueldo, y que a la otra le pagó él mismo el billete de su bolsillo porque así se lo pidió su marido, que había trabajado con él en la Embajada de Yemen.