Los restos han sido trasladados esta mañana desde el columbario de la iglesia Nuestra Señora de la O de Rota (Cádiz) al cementerio municipal, donde los forenses extraerán las muestras necesarias para practicar las pruebas de ADN, han informado a Efe fuentes municipales.
El juez Juan Ignacio Gonzalo, titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Pozuelo de Alarcón, ordenó la exhumación en un auto, accediendo así a la petición de la demandante de acuerdo con el criterio del fiscal y en contra del de los hijos del empresario.
La prueba se hará garantizando la "integridad, respeto y memoria" del fallecido, según el auto del juez, que emplaza a la viuda y a los hijos a que manifiesten si desean asistir a la exhumación. La familia de Ruiz Mateos considera que la exhumación y la prueba de paternidad son medidas desproporcionadas e ilegítimas, y argumenta que "si el fallecido no llegó a ejercitar en vida su derecho a negarse a dicha prueba por no ser requerido al efecto, no puede procederse ahora sin el consentimiento de la viuda y los hijos".
Pero la cuestión es que el mismo juez ordenó en octubre de 2014, cuando aún vivía el empresario, la prueba de ADN, y lo hizo en un auto que no fue recurrido por ninguna de las partes.
Ruiz Mateos fue citado en tres ocasiones para la extracción de muestras y en ninguna de ellas se presentó ni ofreció explicación alguna. Posteriormente, pidió el sobreseimiento de la causa como consecuencia de "una enfermedad muy grave con padecimientos incurables" que le impediría ir a juicio.
El empresario murió poco después, antes de la celebración de dicha vista, y el juez ordenó impedir la incineración de sus restos hasta que no terminara el actual procedimiento. Ruiz Mateos, que falleció en septiembre de 2015 a los 84 años, fue enterrado en el columbario que él mismo hizo construir en la iglesia Nuestra Señora de la O de Rota y en el que también están los restos de sus padres.