El primer presidente socialista de la Democracia, el jefe de Gobierno que más tiempo ha ostentado el poder durante el régimen del 78, Felipe González, ha sido también quien más palabras ha intercambiado con la princesa Leonor durante el besamanos, el saludo protocolario de las autoridades tras la jura de la heredera. Quien fuera líder de los socialistas ha empleado nueve segundos en contraste con el fugaz apretón de manos de su homólogo, el expresidente Zapatero.
El gesto de González de reconocimiento de La Corona ha tenido continuidad al retratar a los ausentes: "Ninguno de ellos hubiera votado la Constitución". Una afirmación a paso ligero mientras periodistas enjambrados solicitaban su opinión sobre la foto de Cerdán y Puigdemont.
—¿Qué le ha parecido la foto?
—Pues que han quedado muy bien
—¿Qué le pareció la foto de Bruselas de ayer?
—¿Otra vez? Pues que quedaron muy apropiados
—¿Usted se habría hecho la foto?
—¿Por quién me toma?
Y con la impostura de un ofendido se ha conducido González por el patio del Congreso hacia la salida de la calle Zorrilla, no sin antes proclamar: "Yo también soy socialista", para excusar a ese otro PSOE que no el de Sánchez, esa parte del partido que no se vio representado en el encuadre de Cerdán, un expresident fugado y la inmensa instantánea de las urnas del "procès".