Fernández Ordóñez limitó su intervención directa en la fusión de Bankia a "dos cositas: a una entrevista con el Señor Olivas y aprobar" la fusión de Bankia en la Comisión Ejecutiva del Banco de España.
Ordóñez admitió que emplazó a Olivas después de que Rodrigo Rato, entonces presidente de Caja Madrid, les comunicase que "no se le ponía al teléfono" ante su confianza en la capacidad de Bancaja para salir adelante sola, mientras que los inspectores descartaban que pudiera ser viable a largo plazo.
Rato había planteado una fusión con cinco cajas pequeñas, pero según relató era inviable que el Frob le inyectase recursos, ya que para conseguir ayudas necesitaba aumentar un 25% el balance, algo que no conseguía con esas uniones, lo que movió a buscar integrar entidades superiores.
"Bancaja no aguanta, Bancaja no puede. Ahora está cumplimiendo con los requisitos pero en unos meses, con la situación que tenemos, no aguanta", relató Ordóñez que le indicaron los inspectores que revisaban la entidad levantina, y que movió a decidir que el subgobernador emplazase a Olivas. Según relató, la situación llevó al subgobernador, Javier Aríztegui, casi a sacar "el bate de beisbol" para forzar a Olivas a sentarse a tratar sobre la integración.
En este sentido, Fernández Ordóñez aseguró que le sorprendió "enormemente" que "un señor que tiene todos los datos", como era el presidente de Bancaja, dijera que era viable a largo plazo en contra del diagnóstico de los inspectores con menos información de la que él podía tener.