Francisco Granados: "No tenía nada que ocultar ni he tenido que destruir nada"
El exconsejero madrileño, Francisco Granados, ha afirmado en el turno de última palabra del juicio de Púnica que él no tenía "nada que ocultar" ni que "destruir" y ha acusado a David Marjaliza de mentir en sus acusaciones contra él.
Granados ha lamentado que en el juicio que ha quedado visto para sentencia se sienten en el banquillo dos guardias civiles -José Manuel Rodríguez Talamino y José Luis Caro Vinagre- acusados de darle el chivatazo de que la UCO le estaba investigando, ya que se trata de agentes "honrados" que "llevan a la Guardia Civil en el corazón, que lo hacen por vocación y con afán de sacrificio".
En su alegato final, Granados ha arremetido contra Marjaliza, el considerado como conseguidor de contratos para la trama corrupta que le ha acusado en el juicio de cobrar comisiones de empresarios y de haberle instado a quemar documentos una vez supo de la investigación.
"Nunca he formado parte de ninguna organización", se ha defendido Granados ante el tribunal, y ha desmentido que Marjaliza fuera nunca socio suyo. "Este señor a mí no me ha dado un euro jamás por ningún motivo", ni tampoco le adjudicó "nada" en su etapa como consejero, ha dicho.
Granados ha recordado que desde que se publicó en prensa en 2014 que había una cuenta en Suiza a su nombre, él mismo reconoció que la había tenido desde 1993 hasta 2005 y "nunca" ocultó ese patrimonio.
El exconsejero ha asegurado, al contrario que Marjaliza, que nunca le volvió a ver desde que el día 6 de octubre de 2014 le contó que la UCO le investigaba.
"No he visto a este señor ni he hablado con él desde el día 6 que le transmito un comentario inocuo en mi opinión, que no sabía yo, que parece ser que me cuenta alguien algo tomando una copa y yo tengo la obligación de guardar secreto, no lo sabía, si es así, pues será, no soy abogado y por tanto no lo se", ha explicado sobre la noche del chivatazo.
El acusado ha criticado asimismo que Marjaliza, que está colaborando con la justicia en Púnica, se ha dado "abrazos" con "los agentes de la UCO como si fueran colegas" durante las jornadas del juicio celebrado esta semana en la Audiencia Nacional.
Y ha concluido defendiendo que esta "tremenda injusticia" que le afecta a él "en lo personal", afecta también a los agentes acusados, "dos servidores públicos honrados".
En el caso de Talamino, ha explicado que le hizo esa noche un comentario "imprudente" (el del chivatazo) quizás por "hacerse el importante".
Y sobre el agente Caro Vinagre, que intentó sonsacar a Talamino más información de la UCO y luego pasó a ser asesor suyo en la Consejería de Justicia, ha dicho: "Se lleva insinuando tres días que a un funcionario (...), aunque sea un pobre guardia civil, un mero guardia civil raso, por decirlo llanamente, si se le promociona salarialmente se tiene que prestar según parece a todo tipo de manejos en favor de quien le manda".
Sin embargo, ha defendido que Caro Vinagre, hijo y hermano de guardias civiles, "no se vende porque se vaya a la Comunidad de Madrid ni a ningún sitio porque lleva a la Guardia Civil bordada en el corazón".