La acusada, que propuso un pacto a la Fiscalía para reducir su pena a cambio de dar detalles sobre el desvío de fondos a CDC, ha reconocido que parte del dinero que Fèlix Millet y Jordi Montull se quedaban del Palau de la Música "venía de la financiación de CDC", al ser preguntada sobre facturas que los exresponsables de la entidad cobraron a través de empresas administradas por sus esposas.