Nissan anunció este jueves su decisión de cerrar sus centros de Barcelona -Zona Franca (fábrica de furgonetas), Montcada i Reixac (ejes) y Sant Andreu de la Barca (suspensiones y bastidores) con unos 3.000 empleados, y aseguró que no había "ninguna solución viable de futuro" para mantenerlas abiertas.
"El diálogo con Nissan sigue abierto. Nosotros les presentamos un plan de incentivos para poder garantizar la viabilidad de la planta que sigue encima de la mesa", ha añadido la ministra, quien ha apuntado que si la empresa japonesa rechaza el proyecto, buscarán "otro socio industrial" para sacarlo adelante.
Tras el anuncio de cierre, el Gobierno ha propuesto a la marca nipona crear un grupo de trabajo para analizar la situación y, "si finalmente no cambiaran de opinión", abordar "escenarios alternativos" para las instalaciones, que están "en un ecosistema de movilidad con muchas fortalezas".
"Cataluña y la Zona Franca tienen muchas fortalezas para reorientar el proyecto industrial de Nissan, que era obsoleto y que había que modernizar", según Maroto, que ha recordado que mientras el cierre costará más de 1.000 millones, con 400 millones se podría sacar adelante un plan industrial con un nuevo vehículo "moderno" que permitiría mantener las capacidades productivas.
"Lo podemos hacer con Nissan o, en su caso, buscar otro socio industrial", ha aseverado Maroto, quien ha avanzado que la semana que viene se reunirán con representantes de la Generalitat, del Ayuntamiento de Barcelona y del Consorcio de la Zona Franca para estudiar la situación.