Fue al día siguiente de esos comicios cuando Rajoy y los trece miembros de su ejecutivo entraron en funciones, al quedar cesados automáticamente en aplicación de la denominada ley del Gobierno, que data de 1997.
Esta ley determina que los integrantes del gobierno son cesados pero continúan en funciones con una serie de limitaciones, como la imposibilidad de aprobar proyectos de ley.
En el tiempo transcurrido desde diciembre del año pasado y durante el que se celebraron nuevas elecciones el 26 de junio, el gabinete se ha reducido de trece a diez ministros.
Tres de ellos han dejado de serlo y Rajoy no ha podido sustituirlos porque, al estar en funciones, le está vetado también realizar nombramientos.
De ahí que los cometidos que desempeñaban José Manuel Soria (que renunció tras ser relacionado con los denominados "papeles de Panamá"), Ana Pastor (que abandonó el cargo para ser presidenta del Congreso) y Alfonso Alonso (que dejó su cartera para ser candidato del PP a lehendakari) hayan tenido que ser asumidas por otros ministros.
Así, respectivamente, el de Economía, Luis de Guindos, se hizo cargo de Industria; el de Justicia, Rafal Catalá, se responsabilizó de Fomento; y la de Empleo, Fátima Báñez, de Sanidad y Asuntos Sociales.
Por tanto, Rajoy y los diez actuales integrantes de su gobierno estarán al menos 315 días en funciones ya que esa situación acabará si el presidente del Gobierno supera con éxito antes de fin de mes una sesión de investidura.
Los días 24 y 25 de octubre el Rey mantendrá una nueva ronda con los representantes de los partidos para comprobar si el PSOE facilitará esa investidura de Rajoy.
En caso afirmativo, deberá convocarse de forma inmediata un pleno del Congreso que le permitiría obtener la confianza mayoritaria de la Cámara el 29 o el 30 de octubre y, a continuación, jurar el cargo, nombrar nuevos ministros y que éstos también tomen posesión de sus carteras.
Es decir, quedan al menos quince días más para que este Ejecutivo esté en funciones si prospera esa investidura, pero este periodo no bajaría de 400 días si finalmente el PSOE no se abstiene.
Esa circunstancia conduciría inevitablemente a la celebración de unas terceras elecciones el 18 de diciembre.
El periodo más largo hasta ahora entre unos comicios y la investidura del presidente del Gobierno había sido de 62 días, el tiempo transcurrido desde las elecciones del 3 de marzo de 1996 hasta que José María Aznar fue investido por vez primera por el Congreso como jefe del Ejecutivo el 4 de mayo de ese año
Pero España aún queda lejos del récord de 541 días que estuvo Bélgica con un gobierno en funciones desde las elecciones que celebró el 13 de junio de 2010.
Si hay un nuevo gobierno, quedará aparcada la polémica sobre el control parlamentario de un ejecutivo en funciones, ya que mientras el PP y el Ejecutivo de Rajoy sostienen que no puede ser controlado por unas Cortes de las que no ha obtenido su confianza, el resto de grupos cree lo contrario.
Esta situación provocó que el Congreso presentara ante el Tribunal Constitucional un conflicto de atribuciones que aún está siendo estudiado y que marcará una línea de actuación si esta situación se repite en el futuro.