El Gobierno ultima los preparativos para la nueva Ley de Movilidad Sostenible y Financiación del Transporte. Uno de los aspectos más polémicos que recoge es que consistirá en la tarificación de toda la red de alta ocupación a partir de 2024, medida que el Ejecutivo pactó con Bruselas para acceder a las ayudas europeas.
La ministra de Transportes, Raquel Sánchez, adelantó recientemente que este borrador, que ya venía de la época de Ábalos, será elevado a primera lectura en Consejo de Ministros antes de que acabe este mismo año.
El objetivo de este proyecto, basado en el criterio denominado en la UE como 'quien contamina paga', es acabar con el déficit de 300 millones anuales que la red de carreteras ha acumulado entre 2012 y 2017, así como la necesidad de recursos adicionales para mantener las carreteras en un estado óptimo de conservación y mantenimiento para el uso de los ciudadanos.
El Gobierno defiende que "es un sistema común en la Unión Europea"
En este sentido, Sánchez calificó que el sistema actual "no es sostenible" y con la nueva ley se podría contribuir a la reducción de emisiones de efecto invernadero. "No vamos a inventar nada, de los 27 Estados Miembro, 24 ya tienen implementado este sistema. Vamos a procurar que sea un sistema que no genere agravios, que sea justo, que sea seguro y sirva para vertebrar el territorio y la cohesión social", defendió.
Una vez que el Consejo de Ministros dé luz verde a este proyecto, comenzará una ronda de "diálogo transparente" con los diferentes grupos políticos, agentes sociales y administraciones sobre el futuro y la sostenibilidad de la red de carreteras del Estado.
Los coches más antiguos pagarán más
El borrador de este nuevo modelo recoge que los propietarios de coches que sean más contaminantes pagarán más en los peajes, es decir, los más antiguos. En la Ley no se habla de criterios económicos, sino ambientales y de impuestos a los que tengan un coche que contamine, pero aún no está claro cuánto cobrarán por kilómetro.
En este sentido, la ministra de Transportes aseguró que "estamos trabajando en una propuesta de tarificación de la red de carreteras de alta capacidad del Estado, basada en el principio de equidad territorial, seguridad vial y sostenibilidad ambiental". "Tenemos que responder al criterio europeo de quien contamina paga", insistió.
Modelo de peajes en otros países de Europa
La mayoría de países principales de Europa cobran peajes en algunas de sus carreteras. Tan solo Albania, Estonia, Islandia, Finlandia, Letonia, Lituania, Luxemburgo y Ucrania tienen un sistema de carreteras libre.
Portugal, por ejemplo, es uno de los países que más recaudan gracias a los peajes. Tiene un sistema de peajes automáticos para los cuales el usuario debe tener instaladas las aplicaciones adecuadas en el teléfono móvil, aunque todavía existen peajes convencionales.
En Francia, las autopistas son de pago, pero representan el 1% de la red nacional. En Reino Unido solo hay 23 peajes que están ubicados en tramos especiales y en Italia las autovías son completamente gratuitas y solo se paga por los 6.000 kilómetros de autopistas. Alemania tiene algunos peajes puntuales en puentes y túneles para vehículos pesados y en Austria cualquier tipo de vehículo paga por utilizar las autopistas o túneles que cruzan los Alpes.