Homs ha expresado estas consideraciones en una rueda de prensa convocada en la Cámara Baja tras la primera reunión de los integrantes del grupo parlamentario mixto, al que por primera vez pasará esta formación catalana, heredera de Convérgencia, por no reunir los requisitos que establece el reglamento del Congreso.
Pero el asunto al que se han orientado principalmente sus declaraciones ha sido el de las negociaciones para formar gobierno, marcado por los pasos hacia un posible acuerdo que estos días están dando el candidato del PP, Mariano Rajoy, y el líder de Ciudadanos, Albert Rivera.
Pasos que el diputado catalán ha descrito con estas palabras: "En escena ha aparecido de forma descarada Groucho Marx -alusión a Rivera y a su partido- y su frase de 'Tengo unos principios, pero, si no le gustan, tengo otros'". Según ha señalado, era sabido desde la misma campaña electoral que Ciudadanos daría apoyo a Rajoy.
Acerca del estado de las negociaciones, Homs ha insistido en que su posición al respecto se inclina a que el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, explore las opciones de formar un gobierno diferente al que pueda constituir Rajoy. Es su posición desde hace semanas, ha dicho.
Ha admitido que es "difícil" que cuaje la suma de fuerzas que podrían respaldar a Sánchez como presidente, pues todos "ponen condiciones", pero también es cierto, ha dicho, que "nadie rechaza esta opción de plano". Según ha declarado, sólo el PSOE puede cerrar la puerta a dicha posibilidad.
No obstante, ha reconocido que es "muy difícil" que esta vía llegue a puerto, y acto seguido ha recordado la condición indispensable de su formación para apoyar a un candidato: la celebración de un referéndum sobre la independencia de Cataluña.
Pero, ha puntualizado, la otra vía ahora en marcha, la de Rajoy y Rivera, es seguro que no cuajará, ya que cuenta con el rechazo de más de 175 diputados del Congreso, entre ellos los del PSOE, que a su juicio no van a pasar a la abstención. Si lo hiciera, sería "un suicidio político", ha sentenciado Homs.
Para ilustrar sus consideraciones, se ha remontado a mayo de 2010, cuando el PP votó en contra en el Congreso de las primeras medidas de ajuste económico de José Luis Rodríguez Zapatero.
Si los populares rechazaron entonces una serie de medidas que se dijo eran "la salvación de España", ¿cómo puede pedir el PP al PSOE "ni más ni menos que se abstenga para hacer presidente al adversario?", se ha preguntado.
Puestas todas las opciones sobre la mesa, y habida cuenta de las dificultades que entraña cada una, el portavoz del partido nacionalista ha subrayado que "la cruda y dura realidad" es que todo apunta a la repetición electoral.
Con todo, ha pedido a Rajoy que proponga marcar la sesión de investidura en la semana del 22 y 23 de este mes, porque llevarla a la semana siguiente, si fracasa en la suma de apoyos, podría significar que las nuevas elecciones sean o el 25 de diciembre, fiesta de Navidad, o el 1 de enero, Año Nuevo.