Son cifras de la Sociedad Española de Neurología (SEN), que recuerda en el Día Mundial de la enfermedad la importancia de la detección temprana y de llevar una vida saludable con una dieta variada y ejercicio físico para evitar así enfermedades como la hipertensión arterial, el colesterol alto o la obesidad que son factores de riesgo.
Sus síntomas se producen generalmente de forma "brusca e inesperada", según la SEN, y si bien su tipología depende del área del cerebro afectada los principales son la alteración del lenguaje, pérdida de fuerza o sensibilidad en una parte del cuerpo, alteración de la visión y dolor de cabeza muy intenso, entre otros.
En España cada año entre 110.000 y 120.000 personas sufren un ictus, quedando el 50% de los casos con secuelas discapacitantes o propiciando la muerte. En total, una de seis personas sufrirá un ictus a lo largo de su vida, siendo previsibles cerca del 90% de los casos.
Si bien en los últimos 20 años la mortalidad y la discapacidad han disminuido, su incidencia se incrementará un 27 % en los próximos 25 años.