Arias ha declarado hoy como imputado ante el juez por un presunto fraude fiscal de 2,1 millones de euros a través de sociedades instrumentales del despacho Nummaria, un bufete en el que, ha dicho al magistrado, confiaba plenamente porque es muy conocido y tiene muy buena fama.
Él se enteró de que habría cometido un delito fiscal cuando comenzó el procedimiento penal contra Nummaria y creía que todo lo que había hecho el bufete era legal. De hecho, ha relatado que una vez al año acudía al despacho y pedía siempre que todo se hiciera dentro de la legalidad.