Un año al frente de la institución

Carmen Calvo: "Me importa mucho la imparcialidad del Consejo de Estado"

A pocos meses para el quinto centenario de la institución -Creada por Carlos V en 1526- Carmen Calvo (Cabra, Córdoba) cumple un año de mandato al frente del Consejo de Estado; muy metida en el papel y con ganas de promocionar su utilidad y de seguir en él, pero sin perder de vista la primera línea de la política.

Ignacio Jarillo

Madrid |

Carmen Calvo, presidenta del Consejo de Estado/ Europa Press
Carmen Calvo, presidenta del Consejo de Estado | Europa Press

Visitando el Palacio de los Consejos- sede de Capitanía General y el Consejo de Estado, sobrecoge la historia que se respira por sus pasillos, salones y sala de plenos.

Colgada de sus paredes, una pinacoteca espectacular que no en vano llaman "el Prado escondido" donde reposan obras que pertenecen a muchos grandes maestros de nuestro primer museo nacional. Y todo, presidido por un retrato de Tiziano de su fundador, Carlos V, el emperador nieto de los Reyes católicos y junto a él con andares de anfitriona ya muy acostumbrada, la actual presidenta.

Carmen Calvo cumple un año de mandato y quiere hacerlo recordando un propósito y una preocupación. "Me importa mucho la imparcialidad de la institución y a la vez me preocupa el desconocimiento de la gente sobre ella" -señala asintiendo con ganas de cambiar eso.

Pero Calvo sabe que desde que inició su mandato al frente del Consejo de Estado no ha sido una presidenta como otras u otros. Su perfil profesional acreditado -jurista constitucionalista y profesora universitaria- ha sido superado por el perfil político desempeñado en las filas del PSOE y del Gobierno.

Ha sido Consejera de la Junta de Andalucía, ministra de Cultura con Rodríguez Zapatero, Vicepresidenta Primera del Gobierno con Pedro Sánchez, Ministra de la Presidencia, además de Presidenta de la Comisión de Igualdad, que refleja su compromiso con el feminismo que tantos sinsabores le trajo con la llegada de Podemos al gobierno en 2020.

No lo puede evitar: aunque el Consejo de Estado le siente bien, es una mujer política. "Pero desde aquí todo se ve de otra manera- asegura con una sonrisa- porque nosotros no formamos parte de la controversia política. El ciudadano debe saber que una ley o un conflicto cualquiera, aunque a uno pueda no gustarle, si ha pasado por aquí tiene garantías jurídicas para salir adelante".

Ese es el objetivo que la presidenta se marca tras su primer año de mandato. Y que cuando conozcamos una sentencia del Tribunal Constitucional relativa a cualquier materia en sus fundamentos se añada la coletilla: "como ya dijo el Consejo de Estado..." esa es su mayor satisfacción -asegura- y esa es la garantía de que el Estado funciona, aunque lo dicho por nuestra institución no guste al gobierno de turno.

En todo caso, el actual Consejo de Estado, aún no ha tenido la ocasión de contradecir a este gobierno.

toca renovar doctrina, anclada desde... 2008

Y es que la presidenta quiere actualizar la forma en la que vemos el Consejo de Estado. De hecho, es consciente de que muchos ciudadanos apenas saben de su existencia pero confía en que por lo menos sepan de su utilidad porque "aquí se refuerzan los cimientos de la democracia que necesita menos confrontación y más colaboración. Para eso trabaja cada día nuestro cuerpo técnico de juristas, consejeros y miembros del Pleno, cada uno con su ideología pero con las ideas jurídicas muy claras, con debates profundos y sin subidas de tono y sabiendo que hay un camino que recorrer cada día para mejorar y renovarse.

"A este respecto, toca renovar doctrina ya -asegura Calvo- porque la última fijación de doctrina data de 2008 y hay muchos temas sobre los que el Consejo de Estado debe pronunciarse y tomar posición en unos meses. Por ejemplo -añade- preocupa en la institución fijar posición sobre las bajas temerarias de contratos públicos, que son un problema grave para la sociedad. Lo mismo ocurre con la revisión del llamado principio de indemnidad, el derecho que protege a los trabajadores de represalias por ejercer sus derechos laborales".

Somos proactivos, no solo consultivos

La presidenta presume de un año de mandato proactivo y alejado de polémicas políticas, propias de estos tiempos y de las predicciones que algunos partidos políticos hacían al conocer que una vicepresidenta de Pedro Sánchez ocuparía la presidencia del Consejo de Estado.

Calvo recuerda que el papel de la institución, en efecto, es emitir informes que le pida el Gobierno de manera consultiva pero también puede emitirlos de manera preceptiva, y que en ambos casos su función es siempre velar por el cumplimiento de la Constitución y del ordenamiento jurídico. Por todo ello, la actual presidencia del Consejo de Estado no entra a valorar necesariamente la decisión del Gobierno de tramitar determinadas cuestiones políticas vía Proyecto de Ley -que sí necesitan informe del Consejo de Estado o vía Proposición de Ley -que no-. Eso -señala Calvo- es competencia del Gobierno.

Por otro lado y fruto de la proactividad en 2024 de la que habla Calvo están dictámenes aprobados por unanimidad sobre la Ley de Industria y Autonomía Energética o el que dio luz verde al Gobierno para elevar al Tribunal Constitucional el protocolo canario de acogida de menores migrantes.

En esta ocasión, el órgano consultivo confirma que el protocolo del gobierno canario superaba las competencias autonómicas e incumplía la legislación en materia de protección de menores, por lo que recomendó al Consejo de Ministros impugnar la normativa autonómica ante el Constitucional.

Así, el dictamen del Consejo de Estado favorecía las tesis del Gobierno, pero "ni siempre es de ese modo -insistía Calvo- ni esta institución puede estar pendiente de a quién beneficia o perjudican nuestros dictámenes. El derecho no es infalible -recuerda- y para corregir errores también está la democracia, el pueblo soberano representado en el Parlamento. Porque -concluye la presidenta con la misma sonrisa con la que nos recibía a cuenta de este primer año de mandato- al Gobierno siempre le puede reprochar el Congreso, por ejemplo, con una moción de censura o en las urnas, donde de nuevo se exprese el pueblo".