Tejeiro gestionaba la administración de las tarjetas de crédito de las que la infanta y su esposo hacían uso a cargo de la sociedad que compartían al 50 %, teóricamente dedicada a la consultoría y a la compraventa y alquiler de inmuebles, según figuraba en su objeto social.
"Si lo pagas con la visa de la empresa se supone que son gastos de la empresa", ha declarado Tejeiro a preguntas de la abogada de la acusación popular de Manos Limpias, Virginia López Negrete, que ha iniciado su interrogatorio poniendo el acento en la gestión de Aizoon.
El acusado no cuestionaba los gastos que le pasaban para su contabilidad los dueños de Aizoon, pero sí rechazó en ocasiones los que le pasaban los propios escoltas, porque "había algunos que no tenían sentido, como ropa o peluquería".
Para cubrir importes adelantados por el propio personal de seguridad del Estado puesto a disposición del matrimonio, y registrarlo a efectos tributarios como gastos de la empresa común, el contable entregaba dinero a la secretaria de Urdangarin, Julita Cuquerella, que ejercía de intermediaria.