Así, ha confirmado que las grabaciones son "buenas y no hay nada que ocultar" y que las cuestiones que se estaban investigando de ERC "eran tan débiles que se tuvieron que archivar", investigación que comenzó con una denuncia que llegó a la oficina. Por ello, niega que el objetivo de la reunión fuera encontrar pruebas contra los partidos catalanes.
"Si tuviera que hablar de cada reunión que tengo, serían más alertadoras que esta", ha explicado De Alonso preguntado por el resto del contenido de la reunión.
Además, ha negado que él haya grabado la conversación y sospecha que "había un micrófono" de cuya existencia está "convencido" que el ministro desconocía. Asimismo, ha descartado que se haya podido grabar con su móvil o con el de Fernández Díaz por la "nitidez" del audio.
No obstante, considera que los dos grandes perjudicados por la filtración de estas grabaciones son él, por el que piden su "cabeza", y Jorge Fernández Díaz, por lo que no tendría sentido que él las hubiera hecho públicas. "Soy el instrumento que se utiliza para disparar contra alguien", ha lamentado.
Asimismo, ha señalado que mantiene más relaciones con los partidos que gobiernan en Cataluña que con el PP de Madrid, insistiendo en que durante cuatro años ha tenido reuniones semanales en las que se tratan muchos asuntos, por lo que tiene que "generar empatías". Además, ha confirmado que Fernández Díaz no ha sido el primer político que le trasmitía sospechas sobre otros partidos políticos.
En cualquier caso, De Alfonso considera que no le cabe "ninguna duda" de que los nacionalistas quieren controlar la Oficina porque ha tenido problemas al nombrar cargos y no ha cedido ante otras propuestas. Por ello, ha confesado que ha recibido "amenazas" y "va en el sueldo".
Por otro lado, ha descartado dimitir porque, en su opinión, no ha cometido ningún delito ni dejación de sus funciones, y porque "flaco favor haría a los ciudadanos" si dejara la Oficina.