A la espera de que se concreten otras medidas para evitar la dependencia de Europa del gas procedente de Rusia, ayer el alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell, verbalizó lo que ya habían pedido otros dirigentes europeos con anterioridad; la reducción del consumo del gas ruso depende de los ciudadanos europeos.
Borrell proponía medidas políticas a nivel macro: "Lo podemos hacer con una nueva directiva que pretende recortar de aquí a fin de año en dos terceras partes nuestra dependencia del gas ruso". Un objetivo difícil, según decía, pero "realizable si realmente nos aplicamos a ello".
Los refugiados pasan mucho más frío, creo que es un esfuerzo de solidaridad perfectamente posible
Sin embargo, el ministro de Exteriores europeo iba más allá y pedía esfuerzos a la ciudadanía. "Eso requiere medidas macroeconómicas, medidas técnicas, y también pide que los ciudadanos europeos bajen la calefacción de sus casas, también pide que todo el mundo haga un esfuerzo individual en recortar el consumo de gas, igual que recortamos el de agua cuando hay sequía e igual que nos ponemos una mascarilla para combatir el virus", explicaba.
"Una manera elemental es que todo el mundo consuma un poco menos en su casa. Un grado menos de temperatura en su casa son 7% de ahorro del gas ruso", decía Borrell, quien continuaba alegando que "los refugiados pasan mucho más frío, creo que es un esfuerzo de solidaridad perfectamente posible".
"Mi consejo de que la gente ahorre gas no va dirigido a los españoles"
Anoche en 'El Objetivo' de La Sexta Borrell aclaró que su petición de bajar la calefacción en las casasno va dirigida a los españoles, porque España no recibe gas ruso.
"Nuestro gas viene de otra parte, por tanto, mi consejo o petición de que la gente ahorre gas para no tener que importar más gas ruso no va por los españoles, porque los españoles no consumen gas ruso. Pero para el resto de Europa sí", indicó el ministro de Exteriores.
La dependencia de España con el gas rusoes de menos del 2%, pero no ocurre lo mismo con el resto con los veintisiete países de la Unión Europea, que es a quienes iba dirigido el mensaje. El 40% del gas que se consume en la Unión Europea se le compra a Rusia. Por eso, el presidente ucraniano insiste en que cada centavo que se paga a Rusia por su gas, se emplea para la guerra en Ucrania.