Esta trama, destapada hace algo más de un año, estaba integrada por varios socios de la SGAE y habría defraudado entre los años 2006 y 2011 unos 100 millones de euros mediante una operativa consistente en el registro fraudulento de supuestas modificaciones de obras originales --y, por tanto, libres de derecho de autor-- sin variación alguna de las auténticas para ser emitidas en programas nocturnos de televisión.
Según el magistrado instructor, estas obras de dominio público plagiadas se titulizaron a nombre de familiares y testaferros bajo diferentes editoriales pertenecientes a los investigados.