Villarejo, en prisión por el caso Tándem desde hace más de un año, declarara en el marco de las diligencias previas sobre los atentados de Madrid que permanecen abiertas, las conocidas como las de los "flecos del 11M" en la que constan perfiles genéticos sin identificar y otros aspectos residuales de la investigación.
A su comparecencia, además del juez, asistirá el teniente fiscal y portavoz de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, Miguel Ángel Carballo, según las fuentes consultadas por Efe. La citación se produce antes de que la Fiscalía de la Audiencia Nacional haya emitido el informe que le solicitó el juez acerca de la carta que Villarejo le remitió hace unas semanas -y después amplió-, en la que hace esas nuevas revelaciones sobre los atentados del 11M.
Antes de que la Fiscalía emita ese informe, para cuya elaboración está realizando comprobaciones sobre el relato de Villarejo, el juez ha optado por llamar al excomisario y escuchar su versión sobre la autoría intelectual de la masacre en los trenes de cercanías.
La última vez que declaró en el enero como investigado en el caso Tándem fue la primera vez que el excomisario aludía al 11M. Lo hizo vinculando esos "luctuosos" acontecimientos con el espionaje en el BBVA, que enmarcó dentro de una "operación de Estado" de mayor envergadura que le fue encargada con el cambio de gobierno tras los atentados.
Hoy mismo, antes de conocerse su citación, Villarejo emitía un comunicado a través de su defensa en el que señalaba que había pedido declarar ante el juez para prestar declaración sobre lo que conoció como policía en relación a los atentados del 11M "en atención a que se pueda ayudar a esclarecer, por fin, la verdadera responsabilidad y autoría de aquella monstruosidad".
Según la versión aportada por Villarejo, que ha pedido que el Gobierno desclasifique los documentos oficiales que le vinculen con el 11M para poder "defenderse", la operación de compra de 200 kilos de explosivos por parte de Jamal Ahmidan, alias El Chino, uno de los autores de los atentados, era en realidad una "entrega controlada" por la Guardia Civil.
El objetivo, según la carta del excomisario publicada en El Español, era crear un intento de atentado ficticio, una compra controlada de dinamita que serviría para detener a los presuntos terroristas en posesión de la munición y acreditar así su intención de atentar en suelo español de forma inminente. Pero, según él, algo salió mal. Asegura que los yihadistas contaron con "ayuda externa" para burlar la vigilancia y terminar perpetrando el atentado y apunta directamente a encubiertos de la inteligencia francesa.
