Tribunal Supremo

El juez Llarena apoya que la secretaria judicial asediada sea testigo protegido por temor a padecer acoso: "Yo también lo sufro"

El juez del Tribunal Supremo que instruye la causa contra el proceso independentista en Cataluña, Pablo Llarena, ha respaldado la petición de la Fiscalía de que la letrada de la administración de justicia del Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona, Montserrat del Toro, declare con medidas de protección, y ha recordado que él mismo también se ha visto afectado por situaciones de acoso. "Yo también lo sufro", ha manifestado el propio magistrado.

ondacero.es

Madrid |

Del Toro estaba citada a las 11.00 horas de este miércoles en el alto tribunal a petición de la defensa del exvicepresidente catalán Oriol Junqueras y el exconsejero Raül Romeva para que declarara como testigo en relación con el asedio a la Consejería de Economía de Cataluña el pasado 20 de septiembre.

El viernes pasado, la Fiscalía presentó una solicitud para que la comparecencia de la secretaria judicial se hiciese como testigo protegido, es decir, detrás de un biombo para que ninguna de las partes pudiera verla.

Según han informado fuentes jurídicas, el representante del Ministerio Público en la declaración, Javier Zaragoza, ha explicado su petición ante el juez este miércoles, por lo que las defensas de los procesados se han quejado y se han pronunciado en contra de que Del Toro compareciera con protección.

Tras oír a todas las partes, el magistrado instructor ha aceptado la petición del fiscal, es decir, que la secretaria judicial fuera considerada testigo protegido, asegurando que entiende sus motivos, ya que él "también" se ha visto afectado por acoso de independentistas en Cataluña.

"Yo también lo sufro. Tengo que ir con cuatro escoltas", ha dicho Llarena, que ha añadido que se siente observado por la calle. "Me miran siete veces en cada esquina", ha apuntado el juez, según han informado las fuentes consultadas.

No es la primera vez que el juez del Supremo denuncia esta circunstancia, pues en el auto de procesamiento del 23 de marzo y en una resolución posterior, utilizó el término "sufrimos" al hablar de las consecuencias del 'procés'.

Y es que el magistrado y su esposa fueron víctimas de un mensaje publicado en Twitter a finales de marzo en el que se decía que ambos debían saber "que no podrán ir por la calle a partir de ahora" y se informaba de la localidad en la que vive ella. En las mismas fechas, la calle donde el juez tiene una vivienda en Girona también fue objeto de pintadas que tachaban a Llarena de "fascista". Otras similares se realizaron en la carretera de acceso a la Escuela Judicial, que dirige la esposa del magistrado.