El juez achaca a Oukabir, a cuyo nombre se alquiló la furgoneta usada en el atentado de Las Ramblas de Barcelona, y a Houli Chemlal, que resultó herido en la explosión del chalé de Alcanar (Tarragona), delitos de integración en organización terrorista, depósito de explosivos y tentativa de estragos, en este último caso por los planes que tenían de atentar contra lugares emblemáticos como la Sagrada Familia.
A Ben Iazza solo le imputa un delito de colaboración con organización terrorista.
Según el juez, los tres procesados, junto con los otros siete presuntos terroristas muertos en las localidades de Cambrils (Tarragona), Alcanar (Tarragona) y Subirats (Barcelona), constituyeron un grupo terrorista a partir de 2015 bajo la dirección espiritual del imán Abdelbaki Es Satty que quería "realizar uno o varios atentados de grandes dimensiones, mediante el uso de artefactos explosivos".