El acusado, Santiago Sánchez Ramírez, se enfrenta a una petición fiscal de 9 años de prisión acusado de depósito y tenencia de armas de guerra por colgar en internet varios montajes en los que simulaba disparar a altas personalidades del Estado, con el objetivo, ha dicho hoy ante el tribunal, de denunciar los fallos de seguridad.
Cuando se le detuvo en 2014 se incautaron varias armas en su casa de Torrejón de Velasco (Madrid), algunas de ellas simuladas y otras inutilizadas, pero el fiscal afirma que en los vídeos usó "numerosas" armas de fuego reales de las que luego se deshizo.
Uno de ellos, que publicó el 26 de abril de 2014 en Youtube, tenía por título "El día que pude asesinar al Rey" y pretendía mostrar, "de una manera profesional y como si se tratara de un reportaje de investigación", dice el fiscal, lo fácil que es atentar contra el monarca español.
Para hacer el vídeo, el 12 de octubre de 2012, Día de la Hispanidad, se alojó en la habitación 432 el hotel Palace de Madrid, que da a la plaza de Neptuno, cargado de armas.
En la grabación aparece ocultando su rostro con un pasamontañas, exhibe armas de fuego cortas y rifles de precisión con mira telescópica y destaca la falta de seguridad del acto apuntando desde la ventana a Juan Carlos I.
Muestra entonces una imagen del Rey con una diana sobreimpresionada, como si se estuviera mirando a través de la mira del fusil, y se oye de fondo el sonido de un disparo.
El acusado repitió la operación en el desfile del año 2013, cuando también se alojó en el Palace portando varias armas.
En mayo de 2014, colgó otro vídeo de ese desfile apuntando en esta ocasión al entonces príncipe de Asturias Felipe.
Unos meses después, el 23 junio de 2014, publicó un montaje titulado "El asesinato de Felipe VI el día de la coronación", grabado cuatro días antes en ese acto desde una habitación del hotel Villareal con vistas a la carrera de San Jerónimo, frente al Congreso.
En el vídeo simuló apuntar al rey Felipe VI con un rifle de mira telescópica tras su coronación en la Cámara Baja, e hizo el mismo montaje que con el anterior. También simuló atentados a otras personalidades asistentes al acto, incluida la princesa Leonor.
El acusado hizo otro vídeo del día de las Fuerzas Armadas (8 de junio) de 2014, en el que se grabó en el madrileño paseo del Prado a relativa distancia del rey Juan Carlos y de los entonces príncipes de Asturias, en el que decía que llevaba dos armas cortas con las que podía haberles disparado.
Finalmente, se grabó en la carrera de San Jerónimo cerca de Mariano Rajoy cuando abandonaba el Congreso, explicando todos los fallos de seguridad del presidente del Gobierno que habrían permitido atentar contra él.
En el juicio, el acusado ha afirmado que todas las armas que usó son "totalmente legales" y que su intención era "demostrar que una persona era capaz de introducir 30, 40 o 50 armas en un hotel la mañana del desfile".
"Mi idea era acreditar que esas armas que tenían cierta peligrosidad estaban a disposición de cualquier ciudadano, de cualquier terrorista", ha dicho el encausado, una circunstancia de la que avisó a la Policía, al CNI e incluso a partidos políticos.
Ha relatado que también se puso en contacto con el Real Madrid y con el Ayuntamiento de Madrid por la falta de seguridad en la ciudad deportiva de Valdebebas y en el estadio Santiago Bernabéu.
Ha explicado que algunas de las armas las alquilaba a empresas de material para rodajes de películas y que otras las compraba porque tenía licencia, con la finalidad de demostrar que un terrorista puede tener acceso a ellas.
El fiscal José Perals ha afirmado ante el tribunal que en los vídeos en los que simula atentar contra Felipe VI y Juan Carlos I maneja cinco rifles (uno de ellos un fusil de asalto CETME) y tres pistolas reales cuando no tenía licencia para todas ellas, por lo que ha mantenido su petición de nueve años de cárcel.