La Fiscalía cree que la investigación ya ha arrojado suficientes indicios de que Rosell integró una organización criminal con ámbito transnacional dedicada a blanquear capitales de comisiones ilícitas.
Estas comisiones las obtenía a cuenta de los derechos de la selección brasileña apropiándose en beneficio propio y en perjuicio de la Confederación Brasileña de Fútbol de diversas cantidades, quince millones en total, por los derechos de 24 partidos amistosos de la selección de Brasil entre 2007 y 2015.
A esto se suman otros cinco millones de euros por un contrato con Nike. Para ello, se sirvió de una trama de sociedades creada en Andorra.
La Fiscalía le pide a la juez que envíe además al banquillo a su exsocio, Josep Colomer, al andorrano Joan Besolí y a su cuñado, y al presunto testaferro libanés, Shahe Ohannessian.