Israel todavía no ha decidido si la embajadora que tenía en España va a volver a su puesto. Este jueves la llamó a consultas después de considerar vergonzosas las declaraciones de Pedro Sánchez acusando a Tel Aviv de no cumplir el derecho internacional. El encontronazo está siendo sonoro y sólo es uno más de la larga lista de desencuentros que el Gobierno de Sánchez está teniendo con diferentes países desde que fue elegido presidente.
Por ejemplo, con Italia, a la que ha molestado que Sánchez les incluya dentro de gobiernos reaccionarios y ha respondido calificando al de nuestro país de "secesionista" y "radical".
En el caso de Israel, tratan ahora de rebajar la tensión. Sánchez ha contado que ha hablado con el ministro de Exteriores y fuentes del Ejecutivo explican que no implica una grave escalada de la crisis, pero sí es relevante. Desde el 7 de octubre, Israel solo ha llamado a consultas a su embajadora en España y a la que tenía en Turquía, y el gesto es la antesala de un parón que puede durar meses.
Además, Marruecos retiró a su embajadora en 2021 y tardó diez meses en devolverla a Madrid, y solo cuando España cambió de postura sobre el Sáhara, aceptó una reunión entre los gobiernos. De aquella polémica hace casi un año sin que se haya producido la invitación formal de Mohamed VI a Sánchez.
Más tiempo ha durado la crisis con Argel: 19 meses después ha solicitado el plácet ahora para su embajador en Madrid, pero mantiene el veto a las empresas españolas.