"He renunciado por dignidad personal y por compromiso con mi trabajo. No soy política ni miembro de ningún partido ni tengo interés económico alguno en los negocios que gestiona Tráfico. Solo soy una profesional formándose permanentemente para erradicar un problema social (los accidentes)". Son las palabras con las que Seguí ha explicado tras su renuncia al cargo.
María Seguí, que fue directora general de Salud Pública, Drogodependencias y Consumo de Castilla-La Mancha desde julio de 2011 hasta febrero de 2012, consideró un privilegio que la nombraran máxima responsable de la DGT y asumió un reto "ajeno" a su "esencia" y para el que ha trabajado con toda "dignidad y capacidad".
Sin embargo, las circunstancias políticas del último año y medio han dificultado la toma de decisiones en su departamento, ha subrayado Seguí, quien ha reconocido que ya no puede ofrecer iniciativas "si no se pueden ejecutar". Y lo que ha "colmado" el vaso del respeto hacia su persona son, ha dicho, los escándalos que han surgido a raíz de un proyecto "mayúsculo": el nuevo concurso para la gestión de los cursos de recuperación de puntos del carné.
Un concurso que han recurrido los posibles adjudicatarios, aún sin resolver, y que ha sido el detonante del cruce de acusaciones sobre supuestos amaños en la convocatoria. Seguí ha dejado claro que ella era partidaria de modificar el modelo, de ampliar el tipo de cursos y las capacidades técnicas y de liberalizarlos (hasta ahora la gestión está monopolizada por la Confederación Nacional de Autoescuelas, la CNAE).
Cruce de acusaciones
Aprovechando esta polémica -las denuncias de esos amaños entre la CNAE y una subdirectora de Tráfico, ya cesada-, Seguí lamenta que "un oportunista", en alusión sin nombrarlo al jefe del laboratorio de la Universidad de Zaragoza, Juan José Alba, ha lanzado otras acusaciones sobre favoritismos en las ayudas de la DGT a la investigación para que supuestamente recayeran en el marido de la exdirectora.
Con ello, ha continuado Seguí, han conseguido "el efecto que buscaban", que es desviar el foco de atención hacia otras cuestiones para que el debate no se centrará en el modelo de gestión de cursos de recuperación. De ambos frentes se desmarca María Seguí porque "nada tengo que ganar" en ninguno de ellos y porque su vocación, asegura, no le ha llamado por ese camino.
Sí quería haber puesto en marcha "un elenco de propuestas", pero se ha encontrado con dificultades, "como saben 50 personas de la dirección", debido a la situación política inestable. "Infinitamente agradecida" por la oportunidad que se le brindó, Seguí está "muy satisfecha" del trabajo que ha realizado en al DGT, donde ha intentado "hacer equipo" en un entorno "muy fragmentado" y asegura que tiene documentado todo lo que ha hecho, pero se va con la pena de no haber podido hacer más.