Marruecos ha vuelto a trastocar la agenda internacional del presidente Pedro Sánchez. Y lo ha hecho cuando comienza la trigésimo cuarta Cumbre entre España y Portugal que comienza oficialmente hoy en la isla de Lanzarote.
Golpe de efecto de Marruecos
La decisión del rey Mohamed VI de anunciar justo ahora su intención de sumarse a la candidatura de España y Portugal para el Mundial de Fútbol 2030 ha desviado por unas horas el foco de atención en el inicio de la cumbre. De hecho, la noticia sorprendía a ambas delegaciones ayer cuando llegaban a la isla canaria para comenzar la primera visita de la agenda a la Casa Museo del escritor portugués José Saramago.
El Gobierno de Marruecos ha hecho gala una vez más de saber cómo y cuándo dar sus golpes de efecto. No en balde, se cumple un año también desde que Rabat difundiera una carta del presidente Pedro Sánchez en la que por sorpresa se conocía por boca de otro país que España daba un golpe de timón en política exterior y aceptaba la tesis de Marruecos respecto de un Sáhara autónomo pero siempre bajo su tutela.
Los compromisos bilaterales que firmarán España y Portugal
Pero al margen de este anuncio para la candidatura del Mundial 2030, España y Portugal firmarán varios compromisos bilaterales. Entre ellos el más importante: el proyecto del H2Med, el corredor de hidrógeno verde que conectará Portugal con Francia a través de un viaducto energético, como gran apuesta energética para las próximas décadas.
A la cumbre que se celebra en los Jameos del Agua acude por parte española una nutrida representación del gobierno de Pedro Sánchez: la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, el ministro de Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, las ministras de Justicia, Pilar Llop, Transportes Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez y Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría. Están presentes también la ministra de Sanidad, Carolina Darias, el ministro de Universidades, Joan Subirats y el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta.