Mas ha dado "otro paso al lado" y ha dejado la presidencia del PDeCAT, una decisión que ha justificado por el calendario de sus causas judiciales y la necesidad de dar margen a nuevos liderazgos después de los resultados electorales de Junts per Catalunya.
Mas ha anunciado su decisión en una rueda de prensa de urgencia en la sede del partido a menos de una semana de que se conozca la sentencia del caso Palau de la Música.
Así, el ya expresidente del PDeCAT y exlíder de CDC ha remarcado que no quiere ser un "freno" para "la expansión natural acelerada" que puede tener JxCat, la experiencia electoral liderada por Carles Puigdemont para el 21-D, que ha subrayado que quiere "que cuaje y se refuerce".
"Y estar al frente del PDeCAT no lo expande, sino que lo limita", ha valorado Mas, que ha apostado así por que JxCat sea el "acelerador" que convierta a su partido en lo que querían que fuera cuando fue fundado en julio de 2016, como fuerza heredera de CDC.
En este sentido, ha señalado que esta "nueva etapa" que se abre con JxCat -fórmula electoral que el PDeCAT no descarta repetir en futuras elecciones- requiere "dejar espacios libres para nuevos liderazgos".
Mas ha indicado en este sentido que cuando accedió a ser presidente del PDeCAT quiso hacerlo acompañado de la actual vicepresidenta de la formación, Neus Munté, pensando en ella como su relevo.
Pese a su "nuevo paso al lado", justo dos años después de ceder el relevo de la Presidencia de la Generalitat a Carles Puigdemont tras la presión de la CUP, Mas ha dejado claro que "no se retira de la política, porque la vida es muy larga y el futuro dirá", aunque sí abandonará "la primerísima línea".
Aunque esta renuncia, ha remarcado, "no se puede interpretar en ningún caso como un alejamiento" respecto al proyecto de JxCat y del PDeCAt, sino al revés".
Una de las razones importantes que ha argumentado es el "calendario judicial" y ha recordado que le queda la sentencia del Tribunal Supremo, que podría hacer firme su condena de inhabilitación por el caso del 9N, el proceso en el Tribunal de Cuentas por los mismos hechos y la ampliación del Tribunal Supremo sobre el 1-O, cuya notificación le ha llegado hoy mismo.
Mas ha negado que su renuncia a la presidencia del PDeCAT guarde relación con la estrategia de Carles Puigdemont, y ha dicho que "respetará" las decisiones que éste adopte, si bien ha evitado en todo momento avalar su estrategia ante la nueva legislatura catalana.
Ha remarcado que en los últimos dos años no ha hecho "ni una sola declaración pública que cuestionara" a Puigdemont, "pudiendo estar de acuerdo más o menos" con él, algo que ha garantizado que tampoco hará a partir de ahora.
En este sentido, ha dejado manos libres al presidente de la Generalitat cesado para que tome las decisiones que considere oportunas desde Bruselas, en donde está huido de la justicia española.
Pero no ha querido responder si Puigdemont debería regresar a Cataluña para la investidura o éste debería tratar de lograrla por la vía telemática: "No seré yo quien le daré consejos, y menos en público", ha afirmado.
Mas ha remarcado que su decisión "no es precipitada", sino que lleva meditándolo "largamente" y que ya se la trasladó a Puigdemont antes del 1 de octubre, como también a personas de confianza y miembros de la dirección liderada por Marta Pascal, presentes durante la comparecencia de prensa.
Pero ha explicado que ha materializado hoy su "paso al lado" porque ha preferido dejar pasar el 1 de octubre y las elecciones autonómicas y porque ahora, ha dicho, es un momento en el que comienza "un curso político decisivo", a poco más de una semana del pleno de constitución del Parlament.