El primogénito ya declaró ante el titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 en febrero de 2016 y fue entonces cuando De la Mata, a instancias de la Fiscalía Anticorrupción, le retiró el pasaporte, le prohibió salir del país y le impuso comparecencias periódicas.
Desde entonces, además de la declaración de todos sus hermanos y de numerosos empresarios que han aportado datos sobre el presunto cobro de comisiones, el juez ha recibido nuevos informes de la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales (UDEF) de la Policía Judicial en los que se acusa al hijo mayor de Pujol de haber seguido sustrayendo capitales, por más de 14 millones de euros según publicó el diario El Mundo, desde que comenzó la investigación judicial sobre su familia en 2012.
Por el momento, el juez De la Mata imputa al mayor de los hermanos Pujol delitos de blanqueo continuado de capitales, fraude fiscal y falsedad documental relacionados con el origen de la fortuna familiar.
Durante su comparecencia ante el juez de hace 14 meses, Jordi Pujol Ferrusola apuntaló la versión ofrecida unos días antes por su padre indicando que el expresidente catalán estaba "al margen" de sus negocios e inversiones, con los que consiguió hacer crecer la herencia recibida de su abuelo Florenci Pujol.
En ese momento insistió, al igual que hizo su padre, en que este legado es el único origen de la fortuna, que él invirtió gracias a la "gran confianza" que su abuelo le profesaba y cuyos beneficios repartía entre sus seis hermanos y su madre de forma "libre".
No obstante, y al igual que ha ocurrido en el caso de las declaraciones del resto de sus hermanos, Jordi Pujol Ferrusola no aportó entonces ningún documento que ratificara esta teoría. La herencia de Florenci Pujol ascendía a 180 millones de pesetas y se multiplicó gracias a inversiones financieras, según ha explicado.