Al menos 25 personas han muerto en Mogadiscio por la explosión de dos coches bomba y el posterior asalto de un comando del grupo yihadista Al Shabab a un céntrico hotel de la capital de Somalia, según informaron fuentes de seguridad.
"El asalto al hotel ya ha concluido pero tenemos 25 muertos entre Policía, guardias del hotel y residentes. La cifra de fallecidos podría aumentar", ha confirmado el oficial Mohamed Hussein. Husein también confirmó que tres milicianos fueron capturados y dos milicianos fallecieron en el ataque al hacer estallar las cargas explosivas que llevaban cuando se dieron cuenta de que iban a acabar en manos de la Policía.
El primer coche bomba explotó a última hora de la tarde en la entrada del hotel Nassa-hablood muy cerca del Palacio Presidencial, complejo que alberga la mayoría de las oficinas del Gobierno. Tras la detonación, un comando de cinco terroristas se adentró en el hotel y disparó contra los clientes causando numerosas víctimas mortales. Los terroristas se atrincheraron durante horas en su interior, pero finalmente fueron reducidos por el Ejército somalí.
El segundo coche bomba explotó muy pocos minutos después del primero en las inmediaciones del jardín de Daljirka, muy cerca de la oficina central nacional de la Inteligencia. El balance provisional de los dos ataques es de 17 víctimas mortales, cifra que podría aumentar considerablemente debido al gran número de heridos que están siendo tratados en los hospitales y la gravedad del estado de muchos de ellos.
Este atentado ocurre apenas dos semanas después de que 358 personas murieran en la capital somalí por la explosión de dos camiones bomba, el peor atentado de la historia del país, que llevó al Gobierno a declarar el estado de guerra.
El Ejecutivo somalí aseguró estar preparado para lanzar ataques militares contra Al Shabab, a pesar de la baja capacidad militar y la agitación política que vive el país en estos momentos. Según analistas locales, los problemas internos del Gobierno y su distanciamiento con la cúpula del Ejército han permitido al grupo yihadista recuperar su capacidad de atentar a gran escala.
Al Shabab, que se afilió en 2012 a la red internacional de Al Qaeda, controla parte del territorio en el centro y el sur del país y aspira a instaurar un Estado islámico de corte wahabí en Somalia.