La Mesa del Congreso tiene previsto reunirse este jueves para, entre otras cosas, decidir si finalmente admite o no a trámite la iniciativa de Junts que reta al presidente Pedro Sánchez a someterse a una cuestión de confianza. Aunque los letrados no apreciaron ningún obstáculo para debatirla, no recomendaron ninguna decisión en concreto, pero el PSOE y Sumar se inclinan por vetarla.
Pese a la nueva amenaza de Junts de romper la legislatura, desde Moncloa se trata de transmitir tranquilidad y lo califican como un escenario de presiones, de dar continuidad a su propuesta para seguir sacando jugo a un Gobierno que necesita los siete votos de la formación independentista para sacar adelante cualquier iniciativa en el Congreso.
Así, desde el Ejecutivo hay una suerte de calma tensa a la espera del desenlace de estas horas frenéticas para resolver una iniciativa que registraron los de Puigdemont el pasado 9 de diciembre, cuando PSOE y Sumar hicieron uso de su mayoría en el órgano rector de la Cámara para posponer la decisión sobre la tramitación de la proposición no de ley.
Así se daban más tiempo para analizar el informe de los servicios jurídicos del Congreso, que concluyeron que, ante la ausencia de precedentes similares, la Mesa de la Cámara podía adoptar cualquiera de las posibilidades en su mano: dar trámite a la iniciativa tal y como está, incluir una apostilla para dejar claro que no tendrá efectos jurídicos, solicitar a Junts que la reformule para hacer constar esa falta de consecuencias jurídicas, o directamente no admitirla a trámite.
Lo que sí subrayaron los letrados fue que al tratarse de una proposición no de ley sin efectos jurídicos y que no obliga al Gobierno a cumplirla, no veían obstáculo para su debate en el Pleno del Congreso. Además, insistían en que, conforme a la Constitución, la cuestión de confianza es una prerrogativa exclusiva del presidente del Gobierno.
La postura del PSOE y Sumar
Aunque no se descarta pedir a Junts la reformulación de texto, a priori lo más probable es que PSOE y Sumar hagan valer su mayoría para impedir la tramitación de la proposición no de ley. Desde el ala socialista del Gobierno abogan por tumbar la propuesta de Junts para porque consideran que el debate no tiene sentido e insisten en que la prerrogativa para presentar una moción de confianza la tiene en exclusiva el presidente del Gobierno. De hecho, uno de los ministros indicaba que se trata de una propuesta "extemporánea".
Así, esta negativa a cumplir esta exigencia de los de Puigdemont puede significar que no apoyen los Presupuestos Generales del Estado para 2025, cuyo apoyo es fundamental para sacarlos adelante. A este respecto, insisten en que el Ejecutivo quiere nuevas Cuentas Generales, pero recuerda que se puede gobernar con presupuestos prorrogados.
Sumar, cuyo voto es decisivo para la decisión final, no prevé desmarcarse de la posición del PSOE en este punto, pues la mayoría del grupo considera que la iniciativa sólo es una maniobra de Junts y el Gobierno no debe caer en su juego.
Eso si, en Sumar también hay voces que rechazan el veto, como Compromís, que considera que "no hay que tener miedo a la democracia y al debate", en palabras de su portavoz, Àgueda Micó.
Reunión de Puigdemont y Junqueras entre amenazas hacia la legislatura
Por su parte, el expresidente catalán Carles Puigdemont, ya advirtió en su momento que si la Mesa del Congreso optaba por darle un portazo a la iniciativa de su partido la legislatura estaría en "colapso" porque la cuestión que plantean es "legítima y necesaria".
"Si no lo tramitan significa que no se ven capaces de restablecer la confianza, si no cumplen, hay que tomar decisiones que le puedo asegurar que no gustarán al PSOE", advirtió este martes el secretario general de Junts, Jordi Turull.
De hecho, Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, se reunirán mañana jueves por primera vez desde que ambos recuperaron sus cargos al frente de sus respectivos partidos.
Junqueras, que volvió a la presidencia de ERC en diciembre tras un disputado proceso congresual, acudirá al encuentro acompañado de la nueva secretaria general de los republicanos, Elisenda Alamany, mientras que Puigdemont -que en octubre regresó a la presidencia de Junts- estará flanqueado por su secretario general, Jordi Turull.
Así lo ha indicado ERC en un comunicado, en el que remarca que la nueva dirección republicana ve "imprescindible reforzar relaciones y volver a tejer complicidades" con los partidos con los que comparte "objetivos y luchas, sobre todo pensando en los retos del país".