Según han informado este domingo los Mossos, los investigadores mantienen aún de forma paralela a sus indagaciones sobre los atentados de Barcelona y Cambrils (Tarragona) las pesquisas sobre el Ford Focus que el pasado día 17 embistió a una mossa en un control de la Diagonal de Barcelona y, tras ser tiroteado, acabó abandonado a unos tres kilómetros, a la altura de Sant Just Desvern (Barcelona).
En el interior del vehículo, los agentes localizaron, en el asiento posterior, el cadáver de un cooperante español, de 34 años de edad y vecino de Vilafranca del Penedès (Barcelona). En un primer momento, los agentes mantenían la hipótesis de que el hombre había fallecido debido a los disparos de los agentes, aunque la autopsia confirmó que había fallecido por lesiones con arma blanca producidas con anterioridad.
Según los investigadores, el coche lo conducía una segunda persona, que dejó el vehículo abandonado en Sant Just Desvern y se dio a la fuga, por lo que todavía se trata de identificarle y localizarle.
Pese a las sospechas de que el fallecido, que era el conductor habitual del turismo, podría haber sido asesinado por uno de los terroristas para robarle el coche con el objetivo de huir de Barcelona, los Mossos han desvinculado este episodio de los atentados terroristas y no consideran por el momento al fallecido como una víctima de la célula terrorista.
Sin embargo, según los Mossos, los investigadores no descartan ahora que este episodio pueda acabar teniendo relación con los atentados perpetrados con la célula terrorista.