El líder de Podemos, Pablo Iglesias, no se ha mostrado arrepentido de la compra de su vivienda y ha querido distinguir los escraches con lo que está viviendo.
"Los escraches expresaban movimientos sociales que pedían a dirigentes políticos que no siguiera llevando a cabo desahucios y que no aplicaran políticas de dolor. Quien compara eso con las amenazas fascistas o con las convocatorias de coordinadoras fascistas es un miserable".
Además, Pablo Iglesias no ha querido pronunciarse sobre qué porcentaje sería el aceptable para seguir en el cargo tras la consulta a las bases.
Por último, ha recordado a sus críticos internos que si sus puestos están en entredicho, sean capaces de hacer consultas similares.