En un comunicado "Altsasuko gurasoak" ha calificado de "realidad dolorosa, peligrosa y sangrante" el tiempo que han vivido sus hijos en "situación de alejamiento y dispersión", tres de ellos un año y nueve meses, y los otros cuatro durante cuatro meses.
Finalmente ayer concluyeron los traslados a cárceles de Navarra y el País Vasco poniendo fin "a un castigo añadido" que "debe desaparecer", dicen, y recuerdan que el acercamiento responde a "la aplicación de la regla general derivada de la Ley General Penitenciaria de que los presos, siempre que sea posible, deben de estar en cárceles cercanas a su lugar de domicilio".
Conseguido el acercamiento, a partir de ahora, precisan, van centrar sus esfuerzos "en conseguir la libertad" de sus hijos al entender que "la aplicación de la prisión preventiva" en su caso, ya que está recurrida la sentencia, supone "la utilización torticera de una medida cautelar como castigo añadido".
Tras subrayar que lo vivido hasta ahora es "una clara demostración de la desproporción" y "la concreción de la injusticia", porque "una justicia que no es proporcional es injusta", "Altsasuko gurasoak" sostiene que mantener en prisión a los procesados aunque no haya sentencia firme "muestra el carácter vengativo de todo este proceso".
En el lado positivo se refieren a las muestras de solidaridad recibidas desde distintos puntos del Estado, una sociedad a cuya "fuerza" indican que seguirán apelando. Y en este sentido concluyen que están a la espera de la resolución de la Audiencia Nacional al recurso a la sentencia y que los hechos irán "marcando el camino a seguir, Tribunal Supremo, Constitucional y Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, hasta conseguir la libertad".