El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha recordado el "proceso ejemplar" por el cual España pasó de la dictadura franquista a la democracia y lamenta que hoy se haga "un paréntesis de lo que significó la Transición" para centrarse en la muerte de Franco.
En una entrevista publicada este domingo en el diario El Mundo, Page no ve como un problema "que se haga pedagogía sobre lo que fue una dictadura terrible", pero insiste: "tenemos que cuidarnos de hacer celebraciones sólo una parte de España. Hay que pactarlas entre todos".
Así, considera que "el mejor homenaje" para recordar la muerte de Franco es "recuperar el ambiente de la Transición". Por el contrario, actos como los que organizó el Gobierno hace unas semanas por el 50º aniversario de la muerte de Franco, es "el peor homenaje posible, instalados en un nivel de frentismo tremendo", asegura.
Apela al consenso entre PP y PSOE
Por otro lado, García-Page critica las luchas entre partidos y la falta de voluntad para llegar a acuerdos entre quienes no piensan en beneficiar a la ciudadanía, "sino en que el otro se arruine".
"Si fuéramos serios, estaríamos concentrados en que se centrara el voto moderadamente en PP y PSOE, pero aquí hay gente cuya estrategia es que los extremistas no desaparezcan", sostiene.
En contra de que se normalicen los pactos con Bildu
Respecto a los acuerdos del Gobierno de Pedro Sánchez con diputados de EH Bildu, el presidente castellanomanchego afirma que en el PSOE "hay muchísima gente con muchos motivos para estar en desacuerdo con los pactos" con la formación abertzale.
"Todos queremos la concordia y pasar página, lo que pasa es que la puedes pasar con vergüenza o sin ella, con dignidad o con manchas. Y se trata de pasarla limpia y entre todos", asegura, porque a los miembros de Bildu "no se les puede naturalizar así".
No es posible ser demócrata y, al mismo tiempo asesino
En este sentido, critica que haya personas que "eran el colchón" y formaba "la coraza externa e interna" de ETA y que hoy tienen responsabilidades políticas, "como si fuera posible ser demócrata y, al mismo tiempo, asesino".
Por eso cree que no pueden sentarse en los escaños del Congreso quienes "de una u otra manera estuvieron activos en el entorno de ETA".
