La primera sesión del debate de la moción de censura presentada por Vox finalizó ayer según el guión previsto y sin grandes novedades, tras casi diez horas de discursos en el Congreso de los Diputados. Esta mañana tiene lugar la votación definitiva con la que se pondrá punto final a la sexta moción de la historia de nuestra democracia.
Abascal tendió la mano al PP para llegar a pactos
El primero en subir a la tribuna del Congreso de los Diputados fue el líder de Vox, Santiago Abascal, quien se dirigió directamente al Partido Popular para pedirles su voto a favor y acabar con el gobierno de Pedro Sánchez, el cual calificó de "legado de ruina, división y negligencia".
En su primera intervención, Abascal se olvidó por completo de poner en valor los méritos de su candidato a la presidencia del Gobierno, Ramón Tamames, y se limitó a reprobar las medidas puestas en marcha por el ejecutivo de Sánchez.
Asimismo, reprochó en varias ocasiones la anunciada abstención del PP y la ausencia de Alberto Núñez Feijóo en el Congreso, pero les ofreció a los populares hacer "borrón y cuenta nueva" para llegar a acuerdos de ahora en adelante. "Les pedimos que vuelvan a recuperar la sensatez y la seriedad, que vuelvan a defender principios", expresó Abascal.
Pedro Sánchez criticó a Feijóo por su ausencia y ser "socio de abstención" de Vox
A continuación fue el turno del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien aprovechó que no tenía límite de tiempo en sus intervenciones para defender la acción de su gobierno en esta legislatura con asuntos como la reforma laboral o la subida de las pensiones a pesar de la posición en contra de la derecha.
Sánchez habló durante una hora y 40 minutos, más del doble que el propio Ramón Tamames
Sánchez también utilizó su turno para criticar abiertamente a Feijóo por ser el "socio de abstención" de Abascal y aliarse con la extrema derecha. En Moncloa han sabido utilizar esta moción de censura para alertar de los riesgos de una alianza entre el PP y Vox de cara a las próximas elecciones autonómicas, municipales y generales.
El presidente Sánchez habló durante una hora y 40 minutos, más del doble que el propio Ramón Tamames, cuya intervención se quedó en 40 minutos. El economista y candidato de Vox a la presidencia del Gobierno le reprochó a Sánchez sus prolongados discursos y pidió un cambio en la dinámica de los debates parlamentarios para que se eviten las repeticiones de argumentos.
Tamames cargó contra el largo discurso de Sánchez
Por su parte, Tamames comenzó su discurso dos horas y media después de que arrancara el debate en el Congreso. Desde el escaño de Santiago Abascal, criticó duramente al "Gobierno Frankenstein" por sus alianzas con los independentistas y fue muy crítico con la Memoria Democrática.
Tamames, que recortó su discurso después de haberse filtrado, defendió la Constitución y abrió la puerta a la recuperación del consenso entre los principales partidos constitucionalistas para llegar pactos de Estado.
Yolanda Díaz, coprotagonista con Sánchez
Lo más novedoso de la primera sesión del debate fue el protagonismo de Yolanda Díaz como representante de la otra parte del Gobierno. La vicepresidenta y ministra de Trabajo defendió la labor del Ejecutivo para llegar a acuerdos a pesar de las grandes discrepancias en numerosas normas, como la ley del 'sólo sí es sí' o la ley trans.
Además, criticó a Tamames por ser el candidato de una moción de censura destructiva, según la vicepresidenta y por olvidarse de las mujeres en su discurso.
Pedro Sánchez y Yolanda Díaz aprovecharon la moción de censura para confirmar su doble apuesta de cara a las elecciones generales de diciembre. La vicepresidenta supo acaparar los focos durante la moción de Vox a pocos días de oficializar su candidatura como líder de Sumar. Será el próximo 2 de abril cuando ella misma anuncie su decisión de presentarse a la presidencia del Gobierno.
Sánchez y Díaz confirman su doble apuesta de cara a las elecciones generales
En definitiva, se trataba de trasladar el mensaje de que Sánchez y Díaz son los líderes de la izquierda en España dejando de lado a Unidas Podemos, cuyos diputados acogieron con frialdad el discurso de la ministra de Trabajo.
En el PSOE siguen muy de cerca las tensiones entre los distintos partidos para ocupar el espacio político a su izquierda, una posición clave para llegar a acuerdos y coaliciones tras los próximos comicios.