El entonces líder de la oposición, Pedro Sánchez, explicaba que si Puigdemont quería dialogar, "que venga a la Comisión y al Congreso" y que si buscaba alguna mediación, "no hace falta mirar muy lejos, fuera de España".
Sánchez pedía que el mediador fuese el propio Congreso de los Diputados porque es "el perfecto mediador para este tipo de cuestiones porque van a implicar modificaciones legislativas e implicará también abrir el proceso de reforma constitucional".