El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, participa este domingo en un acto del partido en Ifema, en Madrid, con el que busca el apoyo de la militancia socialista tras varias semanas de críticas de la oposición por la amnistía para los implicados en el procés catalán, y por la crisis creada con Israel por postura crítica con la ofensiva en Gaza.
Hasta el pabellón 10 de la Feria de Madrid se prevé que acudan militantes y simpatizantes socialistas de toda España en lo que Ferraz quiere que sea "una fiesta del partido" para insuflar ánimo a las bases y "agradecer" lo "sufrido" últimamente, por las protestas ante las sedes tras el registro de la proposición de ley de amnistía en el Congreso de los Diputados, y la investidura de Sánchez con apoyo de formaciones independentistas.
El PSOE sostiene que los ataques a los socialistas y a las sedes del partido han provocado un "orgullo" y "cierre de filas" detrás de las siglas. No obstante, el objetivo principal del acto de Sánchez con todo el Gobierno, la cúpula del partido y más de 5.000 simpatizantes será mostrar unidad ante las críticas de la oposición.
En el acto, oficialmente dedicado a reivindicar el papel de las Casas del Pueblo, intervendrá en primer lugar la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, y después el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero para que el reelegido como jefe del Ejecutivo y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ponga el broche final a mediodía en su primer acto de partido tras la formación del nuevo gobierno.
Acuerdos e investidura
Sánchez buscará el respaldo de la familia socialista tras las críticas recibidas por su pactos con los partidos nacionalistas, especialmente los catalanes, que han supuesto el acuerdo para la condonación de parte de la deuda del FLA a Cataluña, o la iniciativa legislativa para amnistiar a los implicados en el procés catalán en la última década.
Además, el líder del Ejecutivo acaba de regresar de su gira por Oriente Próximo, con parada en Israel, Palestina y Egipto, que ha terminado con un enfrentamiento diplomático con el Gobierno de Benjamin Netanyahu, que convocó a la embajadora española, Ana María Salomón, para mostrarle su rechazo a las declaraciones del presidente español en el paso de Rafah, el cruce de Egipto a Gaza, donde señaló en su discurso que Israel puede defenderse, pero "debe hacerlo dentro de los parámetros y limitaciones impuestos por el derecho internacional humanitario, y este no es el caso".
En respuesta, el Gobierno español convocó a la embajadora de Israel en España, Rodica Radian-Gordon, para pedirle explicaciones por las acusaciones "falsas e inaceptables" vertidas contra el presidente español.