El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, presenta un informe ante el máximo órgano de decisión del partido en el que repasará sus prioridades en el inicio de la nueva legislatura tras el éxito en unas elecciones que les han dado 69 diputados, 27 de ellos gracias al triunfo de las confluencias territoriales en Cataluña, Valencia y Galicia.
El peso de esas alianzas y su capacidad de influencia se ha visto desde el primer día tras las elecciones y, aunque Podemos insiste en que su prioridad más urgente es la situación de "emergencia social", mantiene como condición para cualquier pacto el referéndum sobre la independencia de Cataluña, lo que hace prácticamente imposible el acuerdo con el PSOE.
La consulta catalana es una línea roja fijada por En Comú Podem, alianza en la que Podemos concurrió con la formación de Ada Colau en Cataluña y que, al igual que Compromís-Podem en Valencia y En Marea en Galicia, pretenden tener grupo parlamentario propio en el Congreso, como les prometió Iglesias.
Todas esas promesas han colocado a la formación morada ante una situación de difícil desenlace, ya que tendrá que recompensar el triunfo de las confluencias territoriales y al tiempo demostrar que su compromiso contra la desigualdad social y las políticas de recortes de los últimos años son su prioridad número uno y siguen siendo el motivo principal por el que nació como partido político.
El líder de Podemos ha dejado muy claro que "ni por activa ni por pasiva" va a facilitar un Gobierno del PP y ha trasladado al PSOE la responsabilidad de que gobierne o no Mariano Rajoy, alertando incluso de la tentación de los socialistas de conformar una "gran coalición".