El detenido, de nacionalidad marroquí y con residencia legal en Melilla, ha pasado esta mañana a disposición del juez De la Mata, quien ha decidido enviarle a prisión al considerar que puede haber incurrido en los delitos de autoadoctrinmiento y enaltecimiento del terrorismo.
De la Mata ha tomado esta decisión en consonancia con la Fiscalía, que había solicitado prisión para él. Se trata del único de los seis miembros de la célula que fue detenido en la ciudad autónoma de Melilla; el resto fueron detenidos en Marruecos, entre ellos el líder, un hombre de 39 años, de nacionalidad española y origen marroquí, con residencia en Melilla y que trabajaba en un centro de reeducación de menores allí.
Precisamente en el registro de la casa del líder de la célula se encontró, además de material propagandístico del Dáesh, dos machetes que conducen a las autoridades marroquíes a pensar que los detenidos llevaban a cabo entrenamiento físico y simulaban asesinatos. Además, en su teléfono se halló un audio en el que se podía escuchar: "a veces miro Melilla y digo, la bombardeo o la dejo".
Los seis integraban una célula que se encontraba en un "peligroso nivel de activación" cuyo inminente propósito era hacer la yihad violenta. El Gobierno de Melilla informó ayer de que las autoridades tenían constancia desde hace más de dos años del proceso de radicalización del líder de la célula, que responde a las siglas M.H. y figuró como afiliado del PP hasta hace tres años, pero que no existía ninguna causa laboral para despedirle hasta que el miércoles fue detenido.
Según la investigación, es posible que el líder actuase en el centro donde trabajaba en labores de captación y adoctrinamiento de jóvenes que se encontraban en una especial situación de vulnerabilidad, si bien el gobierno melillense lo desmintió al asegurar que es "imposible" que el detenido actuase "dentro del centro".