También ha ido a prisión el segundo detenido en esta operación de la Guardia Civil, también español, por un delito de tráfico de drogas -dado que se le intervinieron sustancias estupefacientes-, si bien se sigue investigando si tenía asimismo relación con el yihadismo, han informado hoy fuentes jurídicas
Los investigadores tienen constancia de que esta persona vivió en su momento con Fernández Aceña y no descartan que haya podido facilitarle material.
La Guardia Civil considera a Fernández Aceña, condenado a 29 años de cárcel en 1985 por el asesinato del trabajador ferroviario francés Jean-Pierre Leiva en Hendaya (Francia), un peligroso "lobo solitario" capaz de cometer un atentado en cualquier momento.
En los registros efectuados, los agentes de la Jefatura de Información de la Guardia Civil y del Grupo de Información de la Comandancia de Segovia hallaron abundante material informático de Fernádez Aceña con imágenes de enorme dureza de acciones yihadistas como ejecuciones y atentados.
Contaba además con diversos perfiles en redes sociales en los que se constataría también la asimilación que había hecho del ideario yihadista como "lobo solitario".
Había manifestado también la posibilidad de inmolarse en un medio de transporte público o de atentar mediante "dos o tres tiros en la nuca", según fuentes de la investigación.
Estas circunstancias, unidas a la sospecha de que tuviese acceso a armas y la constancia de que había viajado a zonas de conflicto en Afganistán, Siria y Palestina, han convertido a este exmiembro del GAL en uno de los detenidos por yihadismo más peligrosos de los arrestados hasta ahora por la Guardia Civil.
Antes de declarar, el exmiembro del GAL ha pedido que le asistiese como letrado defensor el abogado José Emilio Rodríguez Ménendez, a lo que accedió la juez Lamela, según han informado a Efe fuentes jurídicas.
Sin embargo, el Juzgado no ha conseguido localizar a Rodríguez Menéndez y finalmente ha comparecido con un abogado de oficio.
Esta no hubiera sido la primera ocasión que este polémico abogado representa a un sicario de los GAL, ya que en los noventa defendió a Juan José Rodríguez Díaz, "el francés", condenado por la muerte del dirigente de Herri Batasuna, Santiago Brouard, por suministrar las armas para el crimen.