"Queremos un Congreso al estilo americano, como hace el partido demócrata: revolucionario en ideas y en tecnología. En cuestión de congresos de partido, no se habrá visto nada igual". Con estas ideas que salen del entorno de la dirección de Ferraz, el PSOE calienta motores da cara a su 41 Congreso Federal que se celebrará en Sevilla los días 30 de noviembre y 1 de diciembre.
Y es que tras la última reunión de su Comité Organizador a la que han asistido entre otros María Jesús Montero, Vicesecretaria General y Santos Cerdán, Secretario de Organización, ya se han puesto sobre la mesa las líneas maestras ideológicas y tecnológicas de un evento cuya puesta en escena quiere perdurar en el tiempo "para cambiar la forma de comunicarse entre la militancia y el partido a partir de ahora".
Un Congreso de ideas (por descubrir), no de nombres
Pero tecnologías aparte, las voces consultadas insisten en que lo principal del 41 Congreso son las ideas; "todo lo que se vuelque en el borrador de la ponencia marco y que poco a poco va cerrándose con las aportaciones de todas las federaciones. Y ahí habrá ideas nuevas, algunas revolucionarias en materia de Vivienda, Inmigración, Financiación, Derechos Sociales e Igualdad. Porque el Congreso de Sevilla debe ser un granero de ideas de las que luego se nutra el Consejo de Ministros".
El PSOE quiere así cumplir con una máxima exigida hace ya tiempo por el Secretario General: "el partido debe ir dos pasos por delante del Gobierno".
Un Congreso unido... pero no tanto
Porque no todos dentro del PSOE apuestan porque el de Sevilla será un paseo triunfal de Pedro Sánchez. "Esta vez tendrá que escuchar. No como antes" -señalan voces del socialismo andaluz, especialmente y que coinciden con el espíritu crítico de socialistas como los de Castilla y León, liderados por el atribulado y reprendido Luis Tudanca.
Y es que en esa comunidad, en Castilla La Mancha, Aragón, Cantabria, Extremadura y otras tantas, "hay ganas -señalan otras voces del partido- de hablar alto y claro sobre el coste en votos que valen los acuerdos de Sánchez para seguir en la Moncloa".
En Ferraz no niegan que esto vaya a producirse, y aunque admiten que hay malestar por el coste electoral de las cesiones independentistas; sin embargo, recuerdan que lo importante es que en el partido hay coincidencia en el "debate puro" de los grandes temas: inmigración, vivienda, financiación. El conflicto con los territorios viene cuando en esos debates entran en liza las exigencias de Esquerra, Junts o incluso Bildu.
En todo caso, la idea de Ferraz es clara: Que no haya congresos regionales hasta 2025, aunque dan por hecho que a partir de diciembre empezará el rosario de eventos de este tipo en cada federación. Y que dichos congresos se mantengan a ritmo de uno por semana para "marcar músculo y demostrar que el partido está fuerte, frente a los que nunca celebran nada" (en referencia clara al PP).
Un Congreso sin Felipe, Alfonso, Griñán, Susana... ni Ábalos
Todavía queda más de un mes, pero el Congreso Federal está casi preparado en líneas generales. Y lo están todos los delegados que al 95% han llegado a serlo sin luchas intestinas. Pero en el Photocall político faltarán algunas caras hasta ahora imprescindibles: estará el expresidente Rodríguez Zapatero, previsiblemente, pero no estarán -si no piden invitación, recalcan en el partido- ni el expresidente Felipe González, ni el exvicepresidente Alfonso Guerra, ni la última presidenta de Andalucía Susana Díaz, ni se espera (salvo confirmación de última hora) a los expresidentes andaluces Juan Antonio Griñán o Manuel Chaves... ni a José Luis Ábalos.
A este último, el partido aún no lo ha expulsado definitivamente, aunque se mantiene vivo su expediente al efecto. Pero tras los últimos acontecimientos que auguran una inmediata investigación del Supremo sobre él por el caso Koldo, no parece que el exministro y antiguo número tres del partido vaya a pelear su vuelta al PSOE en los próximos tiempos.
Un 41 Congreso que arranca motores con la vista puesta en 2025. El año del todo o nada para la permanencia del partido en el gobierno.