Las negociaciones entre PSOE y Unidas Podemos sobre la reforma de la ley del solo sí es sí siguen en desarrollo con la esperanza de ambas partes de llegar a un acuerdo que se dificulta porque ninguna de las partes cede en sus pretensiones. Ambas partes coinciden en la necesidad de mantener la centralidad del consentimiento y de elevar las penas pero difieren en la manera de hacerlo.
La ley del solo sí es sí puso en su texto inicial el foco en el consentimiento y en el fin de la distinción entre la agresión y el abuso sexual. "Solo se entenderá que hay consentimiento cuando se haya manifestado libremente mediante actos que, en atención a las circunstancias del caso, expresen de manera clara la voluntad de la persona", rezaba el escrito.
Además, todas las acciones que atenten contra la libertad sexual sin el consentimiento de la otra persona serán consideradas agresiones sexuales. Entre los agravantes para este tipo de delitos estarán también el hecho de que la víctima sea pareja o ex pareja del agresor y la sumisión química.
¿Por qué hay rebajas de penas en agresores sexuales?
La nueva ley impulsada por Igualdad sitúa el consentimiento en el centro del Código Penal y todo acto sexual sin consentimiento será considerado como "agresión sexual", por lo que hace converger a lo que antes se denominaban agresiones y abusos sexuales, eliminándose esta última expresión del Código Penal.
Al eliminarse el delito de abuso sexual, el delito sería de agresión sexual y la pena mínima impuesta para este delito es de seis años de prisión. En muchos de los casos en los que se ha reducido la pena es porque con la nueva ley, la mínima pena impuesta por agresión sexual es más favorable para el reo por lo que se procede a la revisión.
La propuesta desde el lado socialista
El Ministerio de Justicia liderado por la socialista Pilar Llop, ha hecho un planteamiento en el que se mantiene lo que dice el sí es sí de no separar los delitos de abuso y agresión y tampoco elimina el concepto de consentimiento. La diferencia es que en el delito de agresión sexual establece varios grados de gravedad en función de si el agresor ha utilizado violencia, intimidación o anulación de voluntad de la víctima.
De esta forma, una agresión sexual sería castigada con más pena si se determina que ha habido violencia o intimidación, que serían consideradas como agravantes.
Desde Ferraz no descartan hacer una reforma unilateral: "Pienso que vamos a conseguir ese acuerdo, pero si las cuestiones técnicas no llegan a buen puerto en la voluntad de ambas partes es evidente que la ley definitivamente habrá que reformarla", ha asegurado la ministra de Hacienda María Jesús Montero, que revela que las diferencias entre PSOE y Unidas Podemos se centra en "ajustes técnicos"
Igualdad plantea retoques en las penas mínimas
Igualdad ha rechaza este planteamiento del ala socialista y propone retoques para modificar las penas mínimas. Sin embargo, el PSOE duda que esos retoques sean suficientes para frenar la rebaja de condenas a agresores sexuales ya que solo se aplicaría a los casos desde que se aprobara la ley, de forma que los que ya están condenados podrían seguir pidiendo revisiones.
La formación morada subraya que estos tipos agravados que propone Justicia, suponen una vuelta al modelo anterior y se perdería el espíritu de la ley ya que significaría diluir la centralidad del consentimiento y hacer pasar de nuevo a las víctimas por "el calvario probatorio" de demostrar que las relaciones no eran consentidas.