Al término del Comité Federal más breve de los últimos años, salen los miembros -han asistido 198- con destino a su fin de semana y los interceptamos los periodistas. Es el momento en el que nos cuentan qué ha pasado a puerta cerrada en la sala Ramón Rubial de la sede socialista. Como testigo de estos fructíferos contactos en el vestíbulo, está el busto del fundador del partido, Pablo Iglesias. El mismo al que hace justo seis meses se le saltaban lágrimas rojas mientras era testigo de aquella otra reunión de la dirección de la que Pedro Sánchez ya no salió vivo. Es entonces, cuando paramos a los dirigentes políticos, cuando les preguntamos cómo estaba el ambiente. "Ha sido el regreso de la camaradería. ¿En qué se notaba? En las miradas, en los gestos...Ya incluso nos saludamos ¡y con afecto!". Para que se hagan una idea de cómo está el panorama en el PSOE: hoy algunos aplaudían la camaradería recobrada mientras que, a escasos metros, otros seguían hablando del "veneno que un candidato siembra entre la militancia, ese candidato que es un modelo de perdedor". El entrecomillado no requiere anonimato porque el presidente de Aragón, Javier Lambán lo ha dicho públicamente, sin filtros, como él acostumbra. De nada le ha servido que en el acto de consagración de su favorita, ella, Susana Díaz, le sugiriera que se piense un par de veces las cosas antes de soltarlas.
Hoy, por fin, hemos conocido la fecha más esperada, otro gran día D para los socialistas que, en los últimos siete años -desde que Rodríguez Zapatero metiera aquel tijeretazo en mayo de 2010- están sobrados de fechas para el recuerdo, casi todas nefastas. Y da la casualidad de que el calendario de las primarias lo hemos conocido justo cuando se cumplen seis meses de la retirada provocada de Pedro Sánchez y el nacimiento con fórceps de la Gestora liderada, a su pesar, por el presidente asturiano y pater moral de casi todos los socialistas: Javier Fernández. Seis meses ha tardado la dirección provisional y accidental del PSOE en parir la fecha. 21 de mayo. Otra vez las urnas. 21 de mayo. Otra vez un recuento de infarto. 21 de mayo. Otra cruz roja en el tormentoso calendario socialista.
Y no es el único dato importante de la jornada. Hay otro: 177.902. Es el número de militantes afiliados al partido a día de hoy, cuando se ha cerrado el censo, y por tanto, es el número de los llamados a las urnas en las Casas del Pueblo. Una cifra provisional, que crecerá cuando conozcamos la definitiva en unos días. Están todos los que son, los que son afiliados al corriente de pago. Pero faltan unos cuantos miles: faltan 11.000 hombres y mujeres que lo eran hace tan solo un año, cuando la militancia votó el acuerdo de Pedro Sánchez con Albert Rivera para que Ciudadanos apoyara la investidura socialista que pudo ser y nunca fue. El año horribilis del PSOE se ha llevado por delante 11.000 afiliaciones. Pero no se vayan todavía, que aún hay más: en total son 20.000 los militantes que ha perdido el partido del puño y la rosa (hoy de los Puños y las Rosas) durante el mandato del ex secretario general. Será por eso que ella, la candidata Susana Díaz no se cansa de decir que hay que recuperar un PSOE ganador que vuelva a dar noches electorales de victorias. Sabe que se tiene que aplicar el cuento. La primera noche electoral de victoria que peligra es la suya propia, el 21 de mayo.