Carles Puigdemont se ha convertido este lunes en el gran protagonista de la política española después de señalar a Pedro Sánchez y pedirle que se someta a una cuestión de confianza a las puertas de comenzar a negociar la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado de 2025.
"¿Cómo podemos negociar los presupuestos con unos incumplidores? No se han ganado esta confianza (...) Le hemos hecho un crédito y está en números rojos", ha explicado el ex president de la Generalitat en una rueda de prensa desde Bruselas (Bélgica).
"Si queréis que demos apoyo a vuestros presupuestos, traednos la liquidación del presupuesto anterior. Si habéis cumplido, nos sentamos a negociar, que no quiere decir que haya acuerdo, pero nos sentaremos a negociar. Y qué ha pasado, que la liquidación de 2023 es catastrófica para Cataluña, y la de 2022 también", ha sentenciado Puigdemont.
A diferencia de la moción de censura, que sale directamente de la oposición, la cuestión de confianza que ha pedido a Puigdemont es un mecanismo recogido en la Constitución que puede activar el Presidente del Gobierno previa deliberación con el Consejo de Ministros.
Es por esto que la decisión sobre someterse o no a ella depende únicamente del Gobierno y será el propio Sánchez, junto a su equipo, quien deberá decidir. Es considerada una manera de medir su fuerza en el Congreso de los Diputados y los apoyos con los que cuenta, por lo que parece poco probable que Sánchez decida exponerse de esta manera.
Para superarla se necesita alcanzar la mayoría simple, pero ¿qué pasaría en caso de perder? Pues el artículo 114 de la Constitución se expresa claramente en este caso afirmando que "si el Congreso niega su confianza al Gobierno, este presentará su dimisión al Rey".
"Algunos de los socios que le dimos apoyo consideramos que no ha hecho lo suficiente para merecer nuestra confianza a pesar de que ha tenido muchas oportunidades", ha expresado Puigdemont, que ha recordado los numerosos incumplimientos de Sánchez, por lo que cree que se encuentra en una encrucijada. "O punto de inflexión o dejarlo estar", ha sentenciado.